‘‘¿Qué estás haciendo?’’ —Susurró Amy, agarrando mi mano para arrastrarme de nuevo a mi silla, riendo.
No podía apartar la mirada de él, justo en ese momento el me miro con los ojos muy abiertos. De repente, su rostro se contrajo, sus cejas se entrecerraron y sus dientes emitieron un chasquido casi audible. Su mirada se volvió dura, sus ojos fastidiados de mí hicieron que mi sangre se convirtiera en hielo en mis venas. Me estremecí. ¿Esta enojado conmigo? ¿Qué razón tendría para estar enojado conmigo? Esto no es mi culpa.
Se recupero mucho más rápido que yo.
Apartó la vista de mí, moviéndose a su escritorio.
‘‘Así que yo soy el señor Alfonso, voy a estar tomando el relevo de la Sra. Patterson este año.’’ —dijo con confianza mientras miraba a través de la clase.
Me fijé en sus ojos saltando de mí sin una señal de reconocimiento. Esto hizo que mi corazón se acelerase. Esto realmente no puede estar pasándome, sabía que aquello era demasiado perfecto, sabía que algo iba a venir a estropearlo.
‘‘Obviamente conmigo siendo nuevo aquí, y este siendo vuestro primer día de vuelta, nosotros no queremos realmente hacer cualquier trabajo hoy, ¿no?’’ —preguntó, sonriendo a la clase.
Todos asintieron con entusiasmo. Las chicas estaban mirándolo con expresión soñadora, los chicos se palmearon dándose las cinco entre ellos.
‘‘Así que, ¿qué tal si jugamos un poco a conocernos? Cada uno de ustedes me hará una pregunta, y yo tendré una pregunta para ustedes.’’- sugirió sentándose en el borde de su escritorio, agitando la cabeza para quitarse el cabello de los ojos.
‘‘Entonces, ¿quién quiere ser el primero, o deberíamos simplemente comenzar al frente y bajamos de esa manera a través de todos?’’ —sonrió, una sonrisa pequeña pero atractiva, ganándose sonrisas coquetas de vuelta. Él asintió con la cabeza a una chica que estaba sentada en la primera fila, quien inmediatamente se sonrojó y sonrió.
Me moví en mi asiento, luchando contra el impulso de ir y arrancar su cabeza.
‘‘Dime tu nombre, y después haces tu pregunta.’’
‘‘Soy Erika Edmunds, um... ¿Dónde estaba enseñando antes?’’ —preguntó ella, mordiéndose el labio, mirándolo a través de sus pestañas.
¡Zorra! Deja de mirarlo de esa manera.
Pedro sonrió. ‘‘No lo estaba haciendo. Este es mi primer trabajo de enseñanza. Me gradué en la universidad este año y tuve la suficiente suerte como para que se me ofreciera este puesto de inmediato.’’ —respondió. ‘‘¿Cuál es su película favorita, señorita Edmunds?.’’
No le hice caso a su respuesta, lo estaba mirando a él tan intensamente que realmente estaba haciendo picar mis ojos. ¿Qué demonios vamos a hacer? Tal vez voy a tener que transferirme a otra escuela o algo así o el tendrá que renunciar a su puesto de trabajo.
Por Dios estaría en un gran problema si la gente se entera que salio con una estudiante.
Escuchaba las respuestas de la clase y sus preguntas a medida que la hacían. Él tenía 22 años, vivía solo, su libro favorito era el deporte ilustrado - que le valió una risa de la clase. Su película favorita era Halloween, la versión original. Su deporte favorito y pasatiempo. Y la lista seguía, hechos triviales que en su mayoría ya conocía sobre él y su familia. La clase parecía estar pendiente de cada palabra.
Cuando llegó a mí, me di cuenta de que tenía las manos agarradas al borde de la mesa haciendo los músculos de sus brazos tensarse. Tenía la mandíbula apretada. Él estaba mirándome con enojo pero obviamente estaba tratando de ocultarlo con una sonrisa cortes.
‘‘Nombre.’’ —preguntó.
Me moví en mi asiento sabiendo que tenía que jugar con el toda la cosa de, 'No sé quién eres'.
‘‘ Paula Chaves. Y eh, no tengo una pregunta.’’ —murmuré, retorciéndome bajo su intensa mirada.
Levantó una ceja. ‘‘Está bien, así que yo tengo una para usted, señorita Chaves. ¿Le gusta mentir?’’ —Él preguntó.
Sus hermosos ojos mieles eran duros y quemaban los míos.
¿Qué si me gusta mentir? ¿Qué demonios se le ha metido para hacerme esas preguntas?
‘‘No, yo no miento.’’—le contesté, moviendo la cabeza con confusión.
‘‘¿En serio? ¿Nunca mintió sobre su edad o cualquier otra cosa?’’-Siguió él.
Su voz era firme y dura. La clase se había quedado en silencio, observando el intercambio, obviamente interesados en la línea donde la interrogación se dirigía.
¿Él cree que he mentido sobre mi edad? Nunca he mentido, nunca.
‘‘No, nunca he mentido sobre mi edad.’’—respondí con tanta confianza que le fruncí el ceño.
¿Por qué demonios me mira de ese modo? ¡Esto no es mi culpa! Sus manos parecían apretar mas el borde del escritorio mientras me miraba como queriendo decir algo más. En cambio, miro lejos de mí, volviendo su atención a Amy que estaba sentada a mi lado.
Él asintió con la cabeza para que ella le hiciera su pregunta.
Ella se inclinó hacia adelante en su silla, obviamente emocionada de tener su turno para hacerle una pregunta.
‘‘Está bien, así que soy Amy Clake, y me pregunto si tienes novia.’’ —Su voz sonaba seductora incluso a mis oídos.
Sus ojos apretados, todo su cuerpo se tensó ni siquiera mirarme mientras hablaba.
‘‘No, no la tengo. ¿Cuál es tu color favorito?.’’
Sentí que mi corazón se rompía por sus palabras. ¿No? ¿Cómo puede haber dicho que no? Mis ojos se llenaron de lágrimas. No podía seguir aquí, no podía sentarme aquí por más tiempo y hacer como que no me estaba muriendo por dentro. Me levanté rápidamente y agarre mi bolso del suelo. La clase estaba a punto de terminar de todos modos.
‘‘¿Y a dónde va exactamente, señorita Chaves?’’ —Preguntó, sonando tan parecido a un maestro que me dolieron las entrañas.
‘‘Tengo que excusarme.’’ —dije mientras caminaba hacia la puerta. Casi podía sentir los ojos de todos sobre mí. Un conmocionado silencio llenó la habitación.
‘‘Siéntese, señorita Chaves.’’ —ladró Pedro.
No le hice caso cuando las lágrimas comenzaron a fluir hacia abajo en mi cara. Yo las quite airadamente y tire la puerta para abrirla. Tan pronto como estuve en el pasillo me encontré, con no saber a dónde ir, pero sentí la necesidad de estar lejos de aquí, sola antes de que me derrumbara por completo. De repente sentí unos dedos alrededor de mi mano, y estaba siendo tirada en una brusca parada. Miré a mí alrededor para ver a Pedro parado allí. Su expresión era increíblemente enojada.
‘‘¿Dónde diablos vas? ¡No puedes simplemente irte de una clase así como así! Voy a tener que darle una detención o algo por esto.’’—recriminó, moviendo la cabeza y dejándome ir mientras daba un paso hacia atrás y se pasaba una mano por el cabello.
Todavía estaba sufriendo por la respuesta. ‘No tengo una novia’ en clases, y podía sentir las lágrimas tratando de forzar su salida de nuevo. Sabía que necesitaba salir de aquí rápidamente.
‘‘Simplemente has lo que quieras.’’ —murmuré, encogiéndome de hombros, tratando de parecer despreocupada. Me volví para alejarme, pero sus palabras me detuvieron.
‘‘Joder, Paula, ¿qué demonios se supone que haga? ¿Permitirte ir sobre mí en la clase?’’ —escupió venenosamente.
¿Eso es todo lo que le preocupa? ¿El hecho de que hice que parezca una presa fácil por salir fuera de su clase? ¿Nada más sobre esta situación le está afectando?
Me volví y le di mi mejor golpe completamente deslumbrada.
‘‘Si estás preocupado acerca de lo que tu preciosa clase piensa de ti, entonces dame un mes de detenciones, hazme fregar las pizarras por el resto del año escolar, como si me importara. Haz lo que quieras, simplemente no vuelvas a hablarme nunca.’’ —gruñí furiosamente.
La campana sonó marcando el final de la clase. Él me agarró del brazo y me empujó hacia los cuartos de baño, al menos cerrando la puerta detrás de él.
‘‘¿Crees que lo único que me molesta es mi reputación por ser un maestro suave? Confía en mí, esa es la menor de mis preocupaciones.’’- espetó. ‘‘ ¡Me acosté con un menor de edad! ¿Sabes en cuantos problemas estoy en este momento? ¿Sabes por cuanto enloquecido tiempo voy a ir a la cárcel a causa de que me mentiste?’’ —Sus manos se aferraron a su cabello aproximándose mientras me miraba acusadoramente.
‘‘Yo no te mentí. Tú sabías cuántos años tenía.’’ He perdido mi batalla contra las lágrimas dejándome caer al suelo, llorando y abrazando mis rodillas pegándolas a mi pecho.
Hizo un furioso resoplido con su garganta.
‘‘Yo te conocí en un club, Paula! ¿Cómo se supone que voy a saber que no eres menor de edad a partir de eso?’’ —contestó, pateando la pared por la frustración.
Negué con la cabeza. ‘‘Te dije esa noche que yo estaba en la escuela.’’
Esto no es mi culpa, definitivamente no la es. ‘‘ ¡Pensé que te referías a la universidad no a la jodida secundaria! ¡Hay que tener 21 para entrar en el club! Deberías habérmelo dicho. ¡Maldita sea, Paula, no debería haber estado durmiendo contigo durante las dos semanas pasadas!’’ —bramó, mirándome disgustado.
Apoyé la cabeza en mis rodillas y solloce hasta que no pude respirar. Ciertamente esto era mi culpa. Podía ver su punto, era una menor de edad en un club, y nunca le había dicho específicamente qué edad tenía, supuse que estaba bien con él. Nunca habíamos hablado claramente sobre la escuela o los puestos de trabajo o cualquier otra cosa porque siempre teníamos mejores cosas de que hablar o que hacer.
‘‘Lo siento.’’ —dije. ‘‘Pensé que lo sabías, honestamente pensé que lo sabías y no te importaba.’’
Él gimió. ‘‘¿Cómo diablos no me importaría estar violando a una menor de edad? ¿Es ese el tipo de persona que crees que soy? ¿Un pedófilo?’’ —preguntó con enojo.
Se deslizó por la pared junto a mí y puso su cabeza en sus manos. Podía sentir el calor de su cuerpo chocando contra el mío y su loción llenando mis pulmones.
‘‘No fue una violación.’’- corregí categóricamente, sacudiendo mi cabeza, levantando los ojos al mirarlo. Estaba pálido y claramente conmocionado. Todo su cuerpo parecía derrotado y triste. Sus hombros caídos hacia delante, su angelical y perfecto rostro tenso por la preocupación y el estrés.
Él suspiró con tristeza. ‘‘Sí, lo era. Me aproveché de ti. Yo soy el adulto, y tu eres la menor de edad, es como funciona.’’ Apoyó la cabeza contra la pared y cerró los ojos.
¿Se aprovecho? ¿Es alguna especie de broma? ‘‘¿Es una broma? ¿Tienes alguna idea de lo mucho que lo quería? ¿De lo mucho que todavía lo quiero?.’’ —Le pregunté, frunciendo el ceño. Estaba muy enfadada con él por rebajar lo que pasó entre nosotros, por que lo hizo sonar como algo malo, sucio.
‘‘Tienes que ir con la directora y reportarlo. Iré contigo.’’ —dijo con voz ronca, empujándose a sí mismo y caminando hacia la puerta. Su mano estaba justo a punto de tocar la cerradura antes de que lo agarrara, deteniéndolo.
Sacudí la cabeza con fuerza. ‘‘No le voy a decir nada a nadie, no te quiero en problemas a causa de algo que hice mal. Esto es culpa mía, es verdad. Yo debería haberme asegurado de que lo sabías. Lo siento mucho. Tú no eres un pedófilo, por favor no pienses eso.’’ —le supliqué, cerrándole el paso y envolviendo mis brazos alrededor de su cintura. Enterré mi cara en un lado de su cuello, respirando. Él estaba temblando, podía sentirlo.
‘‘Tienes que informar esto, Paula, o lo haré yo. Se vería mejor si tú lo hicieras.’’ —respondió él, teniendo mis brazos alrededor de su cintura y dando un paso hacia atrás, de mí. Parecía que estaba sufriendo.
‘‘No, no lo voy a hacer.’’ —negué. ‘‘Y si lo haces, les diré que lo inventaste todo.’’—Lo miré advirtiéndole. No voy a permitir que se meta en problemas debido a esto. Tenemos que ir a través de ello y trabajar en algo.
Él se encogió de hombros. ‘‘—Si tienes que hacerlo.’’
‘‘No hagas esto, no es necesario que se enteren, por favor, Pedro.’’ —supliqué.
Mis lágrimas caían de nuevo mientras presionaba la espalda contra la puerta, bloqueándola herméticamente para que no pudiera salir.
Él suspiró y dio un paso hacia delante, limpiándome las lágrimas con sus pulgares.
‘‘Por favor, no llores.’’- Su voz se quebró mientras hablaba e hizo que mi corazón se apretara en mi pecho.
Nos quedamos en silencio por un momento, el único sonido era mi respiración entrecortada mientras luchaba por dejar de llorar. Él se quedó allí mirando a sus pies pálido y asustado.
‘‘¿Cuántos años tienes?’’ —Preguntó en voz baja, todavía sin levantar la vista de sus pies.
‘‘17. Voy a tener 18 años en ocho meses.’’
Él gruñó y asintió. ‘‘¿Y no quieres delatarme?.’’ —preguntó.
Sacudí la cabeza con fuerza.
‘‘Gracias.’’ —dijo agradecido.
‘‘No es necesario que me des las gracias. No has hecho nada malo.’’ —dije en voz baja, dando un paso más cerca de él y envolviendo mis brazos alrededor de él otra vez. Se abrazó a mí esta vez y apreté mi cara en un lado de su cuello amando la sensación de su cuerpo contra el mío.
Su aliento sopló en mi pelo mientras me abrazaba contra él. ‘‘Sólo tenemos que fingir que esto nunca ha sucedido, como si nos acabáramos de conocer en las aulas.’’ —dijo en voz baja. Sus brazos se apretaron en mí cuando me tire hacia atrás para mirarlo.
¿Qué diablos significa eso? ¿Él no quiere estar conmigo? Abrí la boca para rogarle, pero nada salió. En el fondo sabía que no podíamos estar juntos, no sólo era ilegal debido a mi edad, sino que también era mi maestro, así que ahora ambos estaríamos en un montón de problemas si esto se sabía. Él perdería su trabajo y, probablemente, iría a la cárcel, y no me gustaría ser expulsada.
‘‘Yo no quiero hacer eso.’’ —dije en voz baja, tratando desesperadamente de no llorar de nuevo.
‘‘Bueno, no tenemos otra opción. Gracias por no reportarme, tienes todo el derecho a hacerlo, pero no puedo ser otra cosa más que un maestro para ti. Tenemos que estar lejos el uno del otro. Tenemos suerte que todo esto haya salido ahora en lugar de más adelante cuando tendríamos algún sentimiento el uno al otro.’’ —dijo, alejándose de mí.
¿Sentimientos el uno al otro? ¿Eso quiere decir que no siente nada por mí ahora? Vaya eso duele mucho. Yo sabía que estaba enamorándome de él, un par de semanas y habría sido la jefa de las tarjetas de amor. Pensaba que él sentía lo mismo, pero sólo estaba usándome todo el tiempo. Realmente lo hice todo mal.
Inclinó la cabeza y me besó en la frente suavemente, sus labios se demoraron en mi piel. Era un beso dulce, un beso de despedida. Se apartó y tiró de la cerradura de la puerta y salió rápidamente. Tan pronto como se fue, sentí que mi corazón estaba por estallar.
Mi pecho se apretó, mi respiración entrecortada de nuevo, hasta que finalmente me rendí a las lágrimas y me derrumbe devastada por su rechazo.
-----------------------------------------------------------------
Hola!! aquí les dejo el capitulo siete!!
espero que les guste!!
Gracias Por Leer!!♥
Sabia q iba a pasar esto... quiero otro cap!!
ResponderEliminar@jesica_tkd
Decime que no va a aguantar Pepe y va a volver a buscarla x favor y EN BREVEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarNoooo pobres..tienen q encontrar la manera de estar juntos...
ResponderEliminarque triste el capítulo,ojala vuelvan pronto...
ResponderEliminarMUY BUEN CAPITULO
ResponderEliminartriste pero muy buen capitulo
ResponderEliminar