lunes, 23 de septiembre de 2013

Capitulo 3





Cuando me desperté inmediatamente recordé lo de anoche. Las imágenes del encuentro con Pedro, y de nosotros coqueteando me inundaban dejando una sensación caliente en la boca del estómago. Sonreí cuando pensé en verlo otra vez hoy. Yo estaba realmente bastante entusiasmada por verlo de nuevo, aunque sería con toda su familia allí.

Di una vuelta para mirar la hora y ahogué un grito. Santa mierda, ya pasan de las doce, él estará aquí en menos de una hora y media! Salté de la cama y me lancé escaleras abajo buscando a mi mamá. No tenía ni idea de qué usar para una boda; yo asumía que unos jeans y una camiseta serían algo impropio.


“Mamá, voy a una boda esta tarde, ¿qué debería ponerme?” Grité cuando irrumpí en la cocina a toda velocidad.

Mis padres sonrieron y me miraron confundidos. “Buenos días a ti también.” se rió mi papá.

“Cierto, lo siento, buenos días chicos. Mamá, que debería ponerme?” Repetí, mirándola en un tono suplicante.

“¿Vas a una boda? ¿De quién es? Yo no sé de nadie que vaya a casarse.” Ella frunció el ceño y me miró como si yo hubiera perdido el juicio.

“La hermana de un amigo se casa. Su cita se retractó en el último momento, entonces él me preguntó si yo podría ir con él a cambio,” mentí, encogiéndome de hombros.

Yo no podría decirles exactamente que era el barman que conocí en el club y con el que salí a escondidas la noche pasada mientras ellos pensaban que yo estaba en un maratón de películas en casa de Amy.

“Ah, de acuerdo. Bien, que te parece si tomas prestado mi vestido sin tirantes, el que tiene las rosas rosadas en él y que usé para el Bautizo de Karem,” ofreció ella.

Jadeé y la miré con los ojos bien abiertos. Wow, ese vestido es hermoso.

“¿En serio? Me encantaría,” salí entusiasmada, tratando de no dar brincos sobre el piso. Yo estaba bastante segura de que tenía los mejores padres en el mundo. El gusto para vestir de mi mamá era imponente. Agradecí a las estrellas lo afortunada que era de que tuviéramos la misma talla, porque más a menudo yo usaba más su ropa que la mía.

“Ve y prepárate. Lo arreglaré para ti.. ¿A qué hora te vas?” ella preguntó, levantándose de la mesa. Mi papá se levantó también y sirvió un vaso de jugo, ofreciéndomelo cuando pasó caminando, besando mi frente.

“Gracias, papá.” Me volteé atrás a mi mamá.

“Pedro llegará aquí para recogerme a la una y media.” Me bebí a tragos el vaso de jugo tan rápido como fue posible, impaciente por ir a ducharme así yo tendría el tiempo para hacerme algo agradable en mi pelo.

Me apresuré en la ducha y sequé rápidamente mi pelo, levantándolo en un moño elegante y alacié los mechones sueltos alrededor de mi cara y mi flequillo. Una vez que me embellecí, me puse el vestido y me miré en el espejo. Sonreí, contenta con el resultado.

Mi pelo se veía mejor de lo que yo creí que podría, y mis ojos centelleaban con entusiasmo. El poco maquillaje que me había puesto complementaba mi aspecto perfectamente. El vestido era hermoso, y se adhería a mí en todos los sitios correctos, mostrando la cantidad justa de escote.

Suspiré felizmente y agarré mis zapatos y monedero, dirigiéndome abajo mientras me los ponía. Mis padres se habían marchado ya; ellos iban a visitar a algunos viejos amigos y no estarían de vuelta hasta tarde.

Anduve por la cocina nerviosamente hasta que el timbre sonó. Prácticamente salté a la puerta, alisé mi vestido y respiré hondo antes de abrir. Mi aliento se atoró en mi garganta cuando lo vi. Él se veía increíble en un traje negro, camisa blanca con una corbata azul pálido.

Recorrí con mis ojos hacia abajo su cuerpo despacio, abarcando cada parte de él antes de arrastrar mis ojos a su rostro. Su pelo estaba estilizado, sin embargo todavía lograba verse desordenado y como si hubiera estado pasando sus manos por él. Sus ojos aun rastreaban mi cuerpo abajo, su boca abierta ligeramente. Sonreí a mí misma. ¡Le gusta lo que ve! Limpié mi garganta dramáticamente para conseguir su atención. Sus ojos se engancharon a los míos y él me sonrió, sus ojos mieles perforándome otra vez.

“Haz terminado de desnudarme con tus ojos o necesitas unos minutos más?” Bromé, inclinándome contra el marco de la puerta, tratando de verme sexy.

“Lo siento, yo trataba de calcular como carajos voy a mantener mis manos lejos de ti delante de mi familia hoy,” contestó él, sacudiendo su cabeza, mirándome toda de nuevo.

Me reí tontamente y agarré su corbata, jalándolo dentro de la casa, cerrando la puerta detrás de él. “Estoy segura que te las arreglarás de alguna manera,” declaré, haciendo rodar mis ojos y acariciando su corbata hacia abajo colocándola en el lugar correcto, discretamente encantada con la sensación de su pecho bajo mi mano. De hecho yo tampoco estoy segura de cómo voy a mantener mis manos lejos de él. Él se veía tan guapo que se me hacía agua la boca.

“Solo traeré mi bolso, y estoy lista.” Me escabullí a la cocina, comprobando para asegurarme que yo llevaba mis llaves, teléfono celular, y dinero. Cuando volteé de regreso no me di cuenta que él me había seguido allí y caminé directo a su duro pecho y casi me caí. Sus manos se lanzaron a ayudarme a recobrar el equilibrio, agarrando mi cintura fuertemente.

“Vale, tranquila, sé que me veo ardiente en mi traje, pero no tienes que caer a mis pies,” bromeó él, doblándose un poco para mirarme a los ojos.

Sentí que el calor subía sigilosamente a mis mejillas porque yo me había puesto en ridículo delante de él. Él no me había soltado. No solo nos mirábamos el uno al otro, haciendo acelerar mi respiración. Yo no podía alejar mis ojos de su rostro. Después de lo que pareció a una eternidad él alejó su mirada primero y retrocedió.

“Te ves muy hermosa, Paula” Él sonrió con su pequeña sexy sonrisa que eleva el calor de mi rostro aun más.

“Gracias, tú sólo te ves bien,” bromeé, agitando una mano hacia él despectivamente.

Él se rió entre dientes ante mi observación. Saqué mi lengua y me encaminé por delante de él a la puerta principal, esperándolo a que saliera antes de cerrar.

Cuando nos subimos a su coche, me reí incrédula. Él había limpiado toda la porquería y los cartones de comida para llevar vacíos del coche. Hasta olía agradable dentro.

“¿Wow, hiciste esto para mí?” Pregunté, sorprendida.

Él sonrió abiertamente y se encogió de hombros. “Si, no quise que pensaras que yo era una especie de holgazán que no podría limpiar por sí mismo.”

Una sonrisa tiró de mi boca porque él había hecho tal esfuerzo.

“¿Sí? ¿Cuánto te tomó esto?”

Él se rió perversamente. “Ni idea. Pagué al niño de mis vecinos cinco dólares para que lo hiciera por mí.”

Jadeé. “¿Cinco dólares? ¡Santo Dios!, Pedro, eso es cruel, es casi como trabajo de esclavos, este coche era asqueroso. Espero que el niño haya recibido su inyección de tuberculosis antes de que tocara algo.” Me reí.

“Sí, lo chequé con su mamá y me aseguré de que estuviera al corriente con sus vacunas antes de soltarlo,” él bromeó, guiñándome.

De camino a la iglesia él precedió a contarme todo lo que necesitaba saber sobre su familia antes de que yo los conociera. Los nombres de su padres eran Ana y Horacio, su hermana se casaba con un tipo llamado Andres, y yo debía alejarme de su Tío pervertido Cris, a quien le gustaría indudablemente una ‘cosa joven y bella’ como yo según parece. Para cuando nos detuvimos en la iglesia yo torcía mis manos nerviosamente. Esto es una idea realmente terrible. ¿Quiero decir, quién en el mundo va de primera cita a una boda en familia? Él saltó y rodeó hacia mi lado, tendiendo una mano para ayudarme a salir del coche.

Cuando yo había salido él se inclinó dentro y agarró algo de la guantera. Volteó hacia mí sosteniendo un pequeño ramillete. “Conseguí esto para tí.”

Oh, esto es tan bonito. “Gracias,Pedro” Lo tomé y lo observé. Era uno de los que se fijaban en el vestido; tenía unas pequeñas flores blancas en el medio con hojas verdes por detrás. Era encantador.

“¿Quieres que te lo ponga?” él preguntó, levantando una ceja arrogantemente.

Me reí y sacudí mi cabeza. “Creo que yo puedo, pervertido,” contesté, riéndome tontamente y fijándolo en el frente de mi vestido mientras caminamos a la iglesia.

Cuando llegamos a la puerta él tomó mi mano y tiró de mí para detenernos.

“Gracias por venir, Paula. Si en algún momento quieres marcharte entonces me dices y te llevaré a casa. Quiero decir, esto es una primera cita terrible.”

Él me miró disculpándose, como si esperara a que huyera en cualquier segundo.

“¿Oh mierda, tú crees que esto es una cita? Pedro, sólo vine por la comida gratis,” bromeé, jalándolo hacia la iglesia. Él iba riéndose mientras cruzábamos por las puertas. La gente de atrás se dio vuelta para mirarnos entrar, obviamente preguntándose qué era todo el alboroto. Me sonrojé y dejé caer mis ojos al suelo y le dejé que me condujera hacia un banco cerca del frente. Él iba diciendo 'hola' y ‘que gusto verte’ hacia la izquierda, a la derecha y el centro. Puse una sonrisa falsa y seguí detrás de él incómodamente.

Cuando llegamos a la segunda fila, él me hizo gesto para que entrara primero. Sonreí cuando me senté en al lado de un tipo que se parecía a Pedro, sólo que no tan guapo y un poco más joven; sus ojos eran marrones oscuros. Él me estaba revisando totalmente con la mirada, y ni siquiera se molestaba en ser discreto tampoco. Este es obviamente su hermano pequeño.

“¿Tú debes ser Jaxon, verdad?” Pregunté, sonriendo abiertamente.

El chico me regresó una sonrisa satisfecha, sus ojos centelleaban con picardía.

“Sí, y tú debes ser la chica con la cual me despertaré mañana.”

Me reí bajito.

“Wow, la arrogancia es de familia, eh?”

Pedro alcanzó y dio un puñetazo a su hermano en el brazo, haciéndome reír más. “detente ahí, idiota, que es mi cita,” refunfuñó él.
“¡Shh, chicos que estamos en una iglesia!” Sisé, riéndome tontamente otra vez.

Pedro rodó sus ojos mientras la señora en la fila delantera volteó. Ella era muy bonita. “¿Chicos podrían dejarlo por un día?” ella reprendió, sacudiendo su cabeza, obviamente tratando de sonar severa pero la sonrisa en su rostro como que arruinaban el efecto. Su mirada se centró en mí, y su sonrisa se hizo aún más grande. “¿Oh, Pedro, vas a presentarnos?” ella susurró con emoción.

Me senté más derecha. Esa es su mamá y yo estoy sentada aquí riendo tontamente en una iglesia. Wow, grandiosa primera impresión, Paula.

Pedro asintió con la cabeza. “Mamá, ella es paula. Paula, mi mamá, Ana,” él nos presentó, “y ese de allá es mi papá,” él añadió, señalando a un hombre que estaba parado dirigiéndose a un par de personas en frente del otro pasillo.

“Estoy tan contenta de conocerte,” habló entusiasmada Ana, y me tendió una mano.

Yo se la estreché incómodamente, sintiendo mi cara calentarse. “Yo también, Ana. Me encanta tu sombrero,” dije, sonriendo. Ella se veía muy linda, en un pequeño traje color crema y el sombrero a juego con un pequeño tul en el, mi mamá absolutamente habría comprado aquel sombrero también.

“Gracias, cariño.” Ella sonrió felizmente, tocándolo por arriba.

El tipo que Pedro había indicado como su papá, vino y se sentó, antes de dar vuelta en su asiento para charlar con nosotros también. Él estrechó la mano de Pedro en un gesto muy maduro. Yo podría ver que ellos tenían una estrecha relación; sus padres lo adoraban, yo podría decirlo con sólo mirarlos.

“Horacio, esta es la novia de Pedro, Paula,” Ana dijo alegremente, mirándome orgullosamente.

¿Novia? Wow, bien, precipitándose un poco, Ana. Aunque no me corresponde corregirlos. Eché un vistazo a Pedro, esperando que dijera algo, pero él sólo pasó su brazo a través de la espalda del banco, donde descansaba mi espalda, haciéndome temblar un poco.

“¿Sí? gusto en conocerte, Paula,” me saludó su papá, con una amplia sonrisa y mirando orgullosamente a Pedro.

“Es un gusto también,” musité, avergonzada por toda la atención.

“¿Así que, cómo lo lleva Andres?” pedro preguntó, echando un vistazo a un tipo de aspecto nervioso parado al frente. Él pareció muy mono en su esmoquin, pero retorcía sus manos, mirando la puerta.

Horacio se rió entre dientes reservadamente. “Él está bien. Creo que se sentirá mucho mejor cuando Lu llegue. De alguna manera se le ha metido en la cabeza la idea de que ella lo dejará plantado en el altar,” contestó él, riendo.

“¿Por qué piensa esto?” Pregunté, frunciendo el ceño, un poco preocupada. Sería horrible si ella no aparece. Pobre tipo.

Horacio se rió más fuerte, lo que le ganó un codazo en las costillas por parte de Ana. “Le dije que ella lo haría. Yo andaba bromeando esta mañana, pero el pobre chico se lo ha tomado a pecho,” contestó él maliciosamente. Pedro y Jaxon comenzaron a reírse. “Todo iría bien si no fuera porque el planificador de la boda arrastro a lu lejos para arreglar un problema con su vestido. Cuando él me vio solo, creo que él pensó que ella no venía.”

Ana sacudió su cabeza y los miró con desaprobación. “¡Ustedes tres son malvados! En serio, de tal palo tal astilla, todos ustedes tienen el mismo sentido del humor retorcido,” reprendió ella. “Paula, yo me lo pensaría dos veces en tener niños con Pedro. Deberías observar a su padre para ver lo qué él parecerá en veinte años.” Ella hizo rodar sus ojos juguetonamente.

Me sonrojé como loca y solté una risita, mirando a pedro y esperando que él diga algo a su madre sobre que esta es nuestra primera cita. Él no lo hizo. En cambio, él me dio una sonrisita de satisfacción y se inclinó hacia mí, besando mi mejilla que ardía. “Eres demasiado linda,” susurró él en mi oído al tiempo que su mano trazaba diseños por mi hombro desnudo.

Mi piel hormigueó donde él me tocó. “Y tú eres demasiado seguro de ti mismo,” susurré de vuelta, haciéndolo reír.

Un poco más tarde una señora bonita en un traje se acercó para recoger a Pedro y ambos desaparecieron lejos. Unos minutos más tarde la música de órgano comenzó. La gente se levantó, girando para mirar la entrada de la novia. pedro tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos, y debo confesar, realmente me gustó eso. Parecía que su mano encajaba con la mía perfectamente, haciendo que mi cuerpo entero se sintiera más caliente.

Miré hacia atrás para ver a su hermana y su papá andar por el pasillo, pero rápidamente comprendí que yo no podría ver sobre el mar de gente, entonces giré de regreso al frente y mejor miré al novio. Él miraba la parte trasera de la iglesia, todas las señales de nerviosismo ahora se habían ido. Una sonrisa enorme, orgullosa se estiraba a través de su rostro. Sentí que mi corazón se saltaba un latido. Me encantaría que alguien me mirara así un día, yo sólo podría soñar con aquel nivel de lealtad que estaba claro a través de su cara en aquel momento. Él miraba su entrada como si ella fuera la única chica en el mundo, como si ella fuera la cosa más hermosa que él hubiera visto alguna vez. Era tan romántico que mis ojos hormiguearon con lágrimas, que era tonto porque yo ni siquiera conocía a la pareja. Después de la ceremonia nos dirigimos al jardín para las fotos. Estuve de pie con Pedro y Jaxon mientras a su hermana le tomaban toda clase de fotos de familia hechas en varias posiciones, con toda clase de gente.

Pedro y Jaxon se tomaron una foto con su hermana. lu era realmente bonita, y su vestido era hermoso. Todos ellos eran tan atractivos; las fotos saldrían realmente bien.

pedro vino y me agarró, jalándome hacia el fotógrafo. “¿Qué estamos haciendo? Ya terminaste?” Pregunté cuando él envolvió su brazo alrededor de mi cintura.

“No, tengo que tomarme la foto con mi cita, según parece,” explicó él, cogiendo mi barbilla y volviendo mi cabeza hacia el tipo. "Sonríe", él susurró.

¡Ay hombre, odio que me tomen fotos!

“Sonríe, paula. Tranquilizate,” instruyó él, riéndose calladamente. Respiré hondo y sonreí, escuchando el sonido de la cámara volverse loca delante de mí mientras me sonrojé y traté de no parpadear.

“Ustedes ya quedaron chicos, gracias. Bien, puedo tener a los Tíos con los novios?” el fotógrafo gritó, haciendo señas alrededor.

Di un suspiro de alivio cuando Pedro me alejó a un lado de nuevo. Mientras caminábamos noté que él no había quitado su brazo de mi cintura, y también noté que yo no quería que lo hiciera.

“¿Allí lo tienes, no fue demasiado malo o si?” él bromeó, agachándose para examinar mis ojos, una sonrisa de satisfacción a través de su rostro.

“Mientras tú no sonrías así,” repliqué, poniendo mi mano sobre su boca. Él se rió y mordió la palma de mi mano ligeramente haciéndome reír y quitar rápidamente mi mano, limpiando mi mano en su camisa.

Después de otros pocos minutos de coquetear y bromear por ahí, nos marchamos todos hacia la recepción.

“Espero que traigas puestos tus zapatos de baile,” Pedro canturreó, sonriendo felizmente cuando íbamos en coche al hotel donde se llevaría a cabo.

“¿Por qué, vas a hacer quebrar algunos movimientos?”

“Soy conocido por ello en mi tiempo.” Él me sonrió con satisfacción, haciéndome reír.

Cuando llegamos al hotel, él tomó mi mano de nuevo, conduciéndome por el salón de eventos hacia la parte de atrás. Estaba maravillosamente adornado. Las mesas redondas fueron esparcidas alrededor del salón, cada una cubierta por un mantel azul y servilletas a juego. Sobre el centro de cada mesa fue puesto un arreglo floral azul y blanco. Era perfecto.

“Parece que llegamos temprano,” pedro reflexionó. “Vamos a revisar donde nos sentaremos y recemos para que no sea cerca del Tío Cris.” Él me miró con horror fingido mientras nos dirigíamos al plano de los asientos. Él se paró cerca, detrás de mí mientras lo exploramos, buscando su nombre. Su aliento soplaba por mis hombros haciendo mi cuerpo casi temblar con excitación. “Oh, nos sentaremos con la Tía Lucy y el Tío Ronald,” él refunfuñó bajo su aliento.

Di vuelta para estar enfrente de él, sonriendo. “¿Más pervertidos?”

Él sonrió abiertamente y negó con su cabeza. “No, pero si quieres oír historias de cómo era yo cuando niño y ver fotos de bebé desnudo, entonces estamos sentados en el lugar correcto.” Él cerró sus ojos y sacudió su cabeza, como si estuviera sufriendo. Me eché a reír. Esta cena va a ser formidable.

pedro fue increíblemente gracioso durante la cena. Su tía era una de aquellas linduras que pellizca mejillas y saca las fotos de su bolso para mostrarte. Durante los tres tiempos de la cena, oí toda clase de historias de la infancia sobre él y su hermano. Algunas buenas, otras malas. Pedro fue un niño bastante travieso por lo que escuché.

Cuando él era más joven le cortó el pelo al gato de la Tía Lucy con la maquinilla eléctrica, pintó los muebles de su sala con la pintura de esmalte que encontró en su cobertizo, ventanas rotas con el fútbol, y hasta me enteré que él mojaba la cama hasta los cinco años. Cuando él se hizo mayor estrelló el coche de la Tía Lucy en un farol de la calle.

Sin embargo cada una de las historias que ella contó lo hizo con una amplia sonrisa en su cara. Ella adoraba por completo a pedro. Él sólo se sentó allí todo el tiempo como un buen deportista, no se quejó una sola vez aunque yo bromeé sobre su vida toda la tarde.

Cuando la música finalmente arrancó él inmediatamente saltó de su silla y me arrastró a la pista de baile. “¿Maldición, eso fue vergonzoso, hay alguna posibilidad de que puedas olvidar que escuchaste algo de eso?” él suplicó, jalándome cerca de él cuando la primera canción lenta comenzó.

Sonreí abiertamente y negué con mi cabeza despacio. “Oh no, no olvidaré nada de esto por un tiempo,” bromeé. Él se rió desanimadamente y se encogió.

El DJ anunció el primer baile de los novios entonces jalé a Pedro lejos de la pista de baile, quien pareció un tanto decepcionado. Miré a la pareja feliz bailar. Ellos se veían tan tiernos y enamorados que yo realmente sentí un poco de celos por su relación.

De repente los brazos de pedro me rodearon, jalándome cerca de su pecho al tiempo que un tipo se acercó. Él estaba probablemente a la mitad de sus cuarenta. Me barrió con la mirada despacio con una sonrisa astuta en su cara. Sonreí de vuelta nerviosamente, preguntándome que estaba pasando.
pedro le tendió su mano. “Oye, cómo estás? Cuánto tiempo sin verte,” él dijo cortésmente mientras se estrechaban la mano.

“Estoy genial hijo, parece que a ti te va bien,” el tipo contestó, cabeceando hacia mí mientras que sus ojos paseaban por mi cuerpo otra vez.

“Sí. Cris, ella es Paula, mi novia. Paula, este es mi Tío Cris,” pedro nos presentó, mirándome con una ceja levantada. Mi corazón golpeó en mi pecho cuando él dijo la palabra Novia.

¿Novia? Ah espera, ya entendí; este es el Tío pervertido del cual se supone que hay que alejarse.

“Hola, Cris, un gusto en conocerte.” Estreché su mano extendida y él la acercó a sus labios, besando el dorso de mi mano gentilmente. Los brazos de pedro se apretaron en mí de nuevo cuando él me jaló a su pecho, haciéndome reír tontamente por lo protector que él era.

Otro brazo serpenteó alrededor de mi hombro.

“Ven a bailar conmigo, Paula,” instruyó Jaxon, guiñando a su hermano. Pedro me soltó inmediatamente y sonrió a Jaxon agradecidamente. Eché un vistazo a Pedro para ver si esto estaba bien y él asintió con rapidez, dando un paso lejos de mí.

Realmente no quería bailar con Jaxon, pero pedro pareció un poco aliviado de verme ir.

Más personas bailaban ahora. Las canciones de boda empalagosas salían por montones, música de los ochentas y noventa que conseguían que la gente abandonara sus asientos.

“¿Así que, qué es lo que pasa con aquel tipo? Parece que a pedro no le agrada,” observé, frunciendo el ceño mientras los miraba conversar. Pedro se veía sin duda incómodo, y también un poco molesto.

Jaxon resopló, mirando desagradablemente en su dirección. “Cris es un imbécil. Él se mete con todo lo que se mueve, es repugnante. A Pedro probablemente no le gustó que te mirara así. Él me pidió que te vigilara también,” contestó Jaxon, inclinándose hacia mi oído para hablarme por encima de la música.

“Ay, él parece de cuarenta, eso es asqueroso. Espera… cuando te pidió él esto?” Pregunté, confundida. Él apenas se había alejado de mi lado en todo el tiempo.

“Cuando nos tomamos las fotos,” contestó él, encogiéndose de hombros. “De todos modos, Pedro nunca te había mencionado antes. Yo en verdad no sabía que él salía con alguien. ¿Cuánto tiempo hace que están juntos?” él preguntó, acercándose a mí.

Sonreí abiertamente. “No estamos juntos, sólo nos conocimos anoche.”

Él se rió y puso sus manos sobre mis caderas, acercándome a él. “¿Ah en serio? ¿Así que si ustedes no están saliendo tal vez yo podría invitarle a salir?” él coqueteó, guiñándome provocativamente.

Hice rodar mis ojos y puse mi mano sobre su pecho, apartándole de mí. “En serio, ustedes dos son tan parecidos, arrogantes y creídos. Tal vez no estoy interesada en volver a ver a ninguno de ustedes otra vez después de conocer al tío,” bromeé.

“Tú me verás otra vez,” pedro ronroneó con seguridad en mi oído. Brinqué cuando su brazo serpenteó alrededor de mi cintura, jalándome contra su cuerpo duro mientras nosotros seguimos bailando. “Gracias por eso, Jaxon.” Él sostuvo un puño a su hermano quien inmediatamente hizo uno de esos gestos ñoños de chocar los puños.

“Wow, ustedes dos son unos nerds,” bromeé, haciendo reír a ambos.

El resto de la noche pasó sin incidentes.

Nos reímos y bailamos. Charlé tranquilamente con su familia, a parte de su tío, todos ellos me parecieron en verdad agradables. Cada vez que su mamá nos miraba coqueteando y bailando yo veía una pequeña sonrisa de satisfacción arrastrarse a través de su rostro.

Durante los bailes lentos al final de noche, Pedro no me dejó ni una vez. Una de sus manos descansado en mi espalda baja, otra en la nuca. Sus ojos enganchados en mí, haciendo mi cuerpo zumbar y sentir mariposas en mi estómago. Él estaba tan cerca que apenas había una pulgada de espacio entre nosotros y esto hizo acelerar mi corazón sin control. Aunque él no me besó, él se veía como que lo quería hacer y yo supongo que mi cara se miraba exactamente igual, porque ciertamente quería que él me besara.

A las once y media la música terminó, y las luces se encendieron. Nos despedimos de su familia y él me llevó a su coche. Me condujo a casa en un cómodo silencio, era dulce. Yo lo había pasado muy agradable, y realmente esperaba que él también. Yo esperaba seriamente que él quisiera verme otra vez.

Cuando nos detuvimos fuera de mi casa, él me encaminó a mi puerta. Noté que el coche de mis padres no estaba en la entrada, lo que señalaba que ellos no estaban en casa aún. Basado en experiencias previas, los reencuentros mensuales con amigos duraban aproximadamente hasta la una o dos de la mañana, entonces yo tenía un tiempo antes de que estuvieran en casa.

“¿Quieres pasar por un café o algo?” Pregunté. Inmediatamente me di una cachetada mental por añadir el 'o algo’ al final.

¡Wow, eso suena como que le estoy ofreciendo ‘algo’, como sexo! Demonios ¡paula!

“¿Sí? Tus padres no se opondrán si entro para el café?” él preguntó, mirándome esperanzado.

Yo negué con mi cabeza y abrí la puerta entrando y dejando abierto para él. Me quité mis zapatos y me dirigí hacia la cocina, encendiendo la tetera.

“Es un lugar agradable,” él aduló, mirando alrededor e inclinándose a la isla de cocina.

“Sí, siempre hemos vivido aquí, amo esta casa,” contesté, agarrando algunas tazas y haciendo el café. Yo sabía cómo es que él lo tomaba; yo le había mirado preparase uno después de la cena de esta noche. Él se apoyaba contra la encimera mirándome, sonriendo. “Tu familia es linda.”

Él se rió incómodamente. “Sí, la mayor parte de ellos. Mi mamá es molesta a veces. Lamento que ella siguiera mirándote así toda la noche. Nunca antes he llevado a ninguna chica para conocer a mis padres, creo que ella se entusiasmó un poco,” explicó él, encogiéndose de hombros.

“¿En serio nunca? ¿Por qué no?” Pregunté cuando servía los cafés.

“Yo nunca he tenido una novia seria a la que haya querido llevar para conocerlos.”

“¿Sí? ¿Eres un mujeriego?” Bromeé.

“¿Tu qué crees?” él preguntó, con una sonrisa pícara. Él se veía tan sexy que mi boca se hizo agua.

Él es indiscutiblemente un mujeriego; él está tan ardiente como para poder acostarse con cualquiera.

"Absolutamente". Agarré los cafés y me dirigí al salón, encendiendo las luces y dejando las bebidas en la mesa. “Así que, pedro esto es como se ve una alfombra,” bromeé, haciendo gestos al suelo limpio.

Él sonrió abiertamente. “Wow, no he visto una de éstas desde que me mudé de la casa de mis padres,” contestó él, fingiendo sorpresa.

Me eché a reír y me senté en el sofá, mirándole con expectación. Él se sentó al lado de mí. Él estaba tan cerca que yo apenas podía quedarme quieta. “Gracias por pedirme ir contigo hoy; me divertí realmente,” dije francamente.

“Bien, gracias por venir conmigo,” él susurró mientras que él movía su cabeza lentamente más cerca a la mía.

Yo sostuve mi aliento, sabiendo que él iba a besarme otra vez. Mi corazón golpeaba en mi pecho mientras que el pelo en la parte de atrás de mi cuello hormigueaba con la excitación. Sus labios tocaron los míos por cuarta vez en dos días, y sentí como si mi cuerpo entero ardiera.

Envolví mis brazos alrededor de su cuello, jalándole más cerca. Él trazó con su lengua a lo largo de mi labio inferior entonces abrí mi boca con impaciencia. Su lengua se deslizó en mi boca masajeando la mía. El beso era hermoso, incluso perfecto. Hizo a mi cuerpo entero vibrar. Avanzó más, haciendo recostarme en el sofá; él estaba encima de mí, besándome profundamente. Sus manos rastreaban hacia abajo mi cuerpo mientras él se presionaba más cerca de mí. Él salió del beso justo cuando yo comenzaba a sentirme un poco mareada, y comenzó a besar abajo al lado de mi cuello y a través de mis hombros desnudos. Dirigí mis manos hacia bajo por su espalda, abrazándole más fuerte a mí.

Espera, esto va demasiado rápido.

“pedro, para,” balbuceé jadeantemente. Yo estaba tan excitada que apenas pude expulsar fuera las palabras.

Él se paró inmediatamente y se retiró, poniendo su frente a mía. “Lo siento, me dejé llevar,” se disculpó él.

“Está bien. Es sólo que no soy el tipo de chica que se va a la cama en una primera cita,” contesté, sonrojándome.

Él se rió y extendió la mano a sus espaldas, tomando mis manos y fijándolos encima de mi cabeza.

“¿Y qué te hace creer que soy el tipo de chico que se acuesta en una primera cita?” él preguntó, sonriendo con satisfacción en mí.

Me reí tontamente, mirándole provocativamente. “Puedo decir que lo eres.”

pedro se rió y sacudió su cabeza. “Tú me has etiquetado mal, no soy ese tipo de chico en absoluto,” dijo él inocentemente.

Sí, claro, no creo esto ni por un segundo.

“No lo eres eh? Así que si yo te pidiera que me llevaras arriba y que me lo hicieras en la cama de mis padres, tú dirías no?” Yo desafié, levantando una ceja burlonamente.

Él gimió y negó con su cabeza.

“No, yo no diría que no,” confesó él, besándome otra vez. Enredé mis manos detrás de su pelo. Él se separó un minuto más tarde. “Yo probablemente debería de irme antes de que comience a rogarte por sexo,” dijo él, con una sonrisita y haciéndome sonrojar de nuevo.
Me eché a reír y asentí con la cabeza. “Buena idea.”

Inmediatamente, él se levantó quitándose de mí. Yo me levanté también; no habíamos ni siquiera tocado los cafés fríos dejados al lado.

“¿Así que, puedo invitarte otra vez?” él preguntó, poniendo su sonrisita sexy.

“Nah, ese beso no fue tan bueno para mí, lo siento,” Bromeé.

Sus ojos se ampliaron un poco, su cuerpo pareció ponerse tenso. “Oh bien, sí bueno, está bien,” él murmuró incómodamente.

Me eché a reír y di un paso cerca de él, apretando mis labios a los suyos otra vez. Él gimió detrás de su garganta cuando me aparté.

“El beso me gustó, no te preocupes. Y me encantaría verte de nuevo,” dije, agarrándome a su corbata y colocándola suavemente.

Su cuerpo visiblemente se relajó.

“Eso fue cruel,” él me reprendió.

“Sí, soy cruel; te llegarás a dar cuenta de eso mientras más me llegues a conocer. Ahora sal de mi casa,” ordené, sonriéndole con satisfacción.

“Sí, Señora.” Él me besó otra vez y se dirigió a la puerta principal. Le seguí al vestíbulo y me apoyé contra el marco de la puerta. “Te recogeré a las siete mañana.” Él me dio un piquito en los labios otra vez antes de salir de la casa.

“¿Y que si ya tengo planes para mañana en la noche?” Pregunté, riéndome.

“Tú los cancelarás,” dijo él sobre su hombro mientras caminaba de regreso a su coche, riéndose.

El arrogante y creído está ahora de regreso otra vez. Me reí disimuladamente. Él tiene razón; si realmente tuviera cualquier plan yo lo cancelaría. Cerré la puerta y me apoyé contra ella, tocando con el dedo mis labios. Ellos todavía vibraban por su beso. Yo sabía que iba a soñar con él esta noche.


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Hola! aquí el capitulo tres! espero que les guste!! 

Gracias por leer! ♥


7 comentarios:

  1. Muy buena!! Me gustan los capítulos largos!!!

    @jesica_tkd

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  2. Muy buena!! Me gustan los capítulos largos!!!

    @jesica_tkd

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  3. Muy buen cap! Me encantó!!! Nos quedamos con ganas de avanzar en la historia, jaja

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  4. wow buenísimo,me encanto!!! seguí subiendo!!!

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  5. me encanto el capitulo, espero con ansias el proximo capitulo

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  6. Me fascina!!!!!!!!!!!!! Me encanta q los caps sean largos

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