domingo, 3 de noviembre de 2013

Capitulo 43: parte dos



"¿Estás seguro que me veo bien?" Le pregunté por centésima vez. Acabábamos de llegar al restaurante, y a penas podía siquiera permanecer parada porque sentía que mis rodillas estaban temblando por los nervios.

Pedro sonrió y sacudió la cabeza, obviamente entretenido por mis payasadas. Le había estado preguntando lo mismo durante la última hora, pero no parecía molestarse nunca conmigo por eso. En vez de burlarse de mí al respecto o decirme que me callara, sonreía con calma y me decía que lucía hermosa, perfecta, increíble, asombrosa, o algún otro superlativo que se le ocurriera.

Ahora tomó mi mano, y alejó mi cabello por encima de mi hombro, sus dedos rozaron mi piel allí, e hicieron que se me pusiera la piel de gallina.

"Voy a estar con la chica más hermosa de todo el restaurante," susurró, y me besó suavemente.

Sonreí. "Bueno, ¿crees que puedes dejarme en casa antes que te pongas a hacerlo con ella? Después de todo vine contigo," bromeé, mientras enderezaba mi vestido negro una vez más en un intento de calmar mis  nervios.

Se rió y pasó una mano alrededor de mi cintura. "Si te sientes incómoda en algún punto y quieres irte, entonces deberíamos tener alguna clase de palabra secreta o algo para poder escapar," sugirió pensativo.

"Como, ¿erizo o renacuajo?" Ofrecí, y me reí por lo tonto que estaba siendo.

"Renacuajo, me gusta, usaremos esa," estuvo de acuerdo, obviamente porque pensó que yo hablaba en serio. Me reí más fuerte mientras él nos guiaba hacia la puerta principal del restaurante. Mi sonrisa se desvaneció cuando los ví a todos parados en la sección del bar, claramente estaban esperándonos, dado que estaban todos juntos.

"Oh mierda," Murmuré entre dientes.

"Relájate, linda, estarás bien, y ellos te amarán tanto como yo para el final de la noche. Demonios, mi mamá ya te ama."

Me dio un pequeño apretón mientras cerrábamos la distancia con su familia. Estampé una sonrisa en mi rostro y esperé que cubriera los nervios que estaba destinada a remover inconcientemente.

Tan pronto como llegamos al grupo, Jaxon dio un paso al frente y le dio a Pedro un manotazo en la parte posterior de la cabeza. "¿Cuántas veces tengo que decirte que le quites las manos de encima a mi novia?" Lo regañó.

Miré a Jaxon y rompí a reír. Pedro, por otro lado, no se rió. Tenía la sensación de que él no iba a disfrutar la noche en absoluto. Se veía como si quisiera mutilar seriamente a su hermano; claramente no se había olvidado del chiste del condón de ayer.

Pedro se volteó y me miró a los ojos. "¿Renacuajo?" Me preguntó, casi suplicándome.

Rompí en un ataque de risitas, probablemente haciéndome parecer una total y completa retrasada en frente de su familia. Ésta no era exactamente la impresión que quería causarles. Definitivamente estaba actuando como la pequeña colegiala que era. Pedro rió también y presionó su frente contra la mía, su brazo apretó más fuerte mi cintura.

Miré hacia sus padres, y les dí una sonrisa apenada, pero ellos eran todo sonrisas, su mamá nos estaba viendo como si fuéramos la cosa más linda. Pedro suspiró y se alejó.

"Chicos, ella es mi novia, Paula. Paula, esta es mi loca familia. ¿Sabes sus nombres, cierto?" Preguntó.

Asentí y sonreí, estirando educadamente mi mano. "Claro, es bueno verlos otra vez."

Ana hizo un leve sonido de "Aww" al tiempo que sacudía mi mano, sonriéndome feliz. "Me alegra mucho que pudieras venir, Paula. Hemos estado atormentando a Pedro para que te trajera a la casa, pero él insiste en guardarte toda para él," dijo, dándole una falsa mirada.

Pedro rió. "No me gusta compartir," bromeó, mientras me acariciaba la espalda con su mano.

Estreché las manos con resto de la familia, y entablé una cortés conversación con ellos durante unos minutos hasta que nos llaman para ir a nuestra mesa. Mientras caminábamos hacia nuestra mesa, Jaxon agarró mi mano, me acercó a él, y se inclinó un poco para susurrarme al oído.

"¿Cómo te fue con las cosas que discutimos hoy?" Preguntó, obviamente quería saber lo que pasó con Erika pero estaba tratando de ser sutil por su familia.

Sonreí. "Justo como lo planeamos," le dije, asintiendo alegremente.

Levantó el puño en alto, claramente porque quería hacer uno de esos cursis golpes de puños que hace con su hermano.

Bajé la mirada para ver su mano y levanté una ceja. "Ya crece, Jaxon. Ustedes los Alfonso son tan inmaduros," afirmé, sacudiendo mi cabeza con fingida desaprobación.

Él sonrió y tomó mi mano, formó con ella un puño y lo chocó contra el suyo. "Te encanta," se rió, mientras me guiñaba el ojo. "Por cierto, ¿tenía un diario?" Me miró con una expresión extremadamente optimista en su rostro.

"No. Lo busqué, pero ella no tiene," confirmé, viendo como él fruncía el ceño. Él en serio era un poco raro si se emocionaba tanto por el diario de una chica. "De todos modos, ¿por qué estás tan interesado?"

Sonrió deseoso. "Si eventualmente pudiera entender el funcionamiento interno de un cerebro femenino, entonces no habría ni una chica en el mundo capaz de resistirse a mí," declaró, recorriendo una mano por su cabello, en un intento de verse serio pero había una sonrisa que tiraba las esquinas de su boca.

Me eché a reír. Cuando llegamos a nuestra mesa, Pedro corrió mi silla para que me sentara, como el increíble novio que es. "Tal vez te permita leer mi diario," me burlé de Jaxon. Yo ni siquiera tenía un diario, pero podía inventar algunas estupideces y darle para que lo lea como un chiste.

Estrujó su cara y sacudió la cabeza intensamente. "¿Crees que quiero leer los detalles de cómo tu y mi hermano se ponen cachondos? Hombre, no puedo ni pensar en ustedes desnudándose y teniendo se-" comenzó, pero Ana lo cortó.

"¡Jaxon Alfonso! Ya es suficiente," lo reprendió, mirándolo sorprendida.

Chasqueé la lengua y sacudí la cabeza exageradamente. "Escucha a tu madre, Jaxon, estás siendo grosero," me metí en la conversación, sonriendo con suficiencia.

Me dio un guiño y agarró su menú, observándolo con fingido interés. Volví la mirada hacia Pedro. Él sonrió y cerró la distancia entre nosotros con un suave beso, y colocó su mano en la parte de atrás de mi cabeza para que no pudiera alejarme. Me sonrojé al pensar en que sus padres nos estaban viendo, pero se sentía bien poder estar en frente de otras personas como una pareja. El hecho de que me reconociera de esta manera frente a su familia me hacía sentir extremadamente especial.


Jaxon se aclaró la garganta. "Saben, pagaría por ver eso si no fueras mi hermano, Pedro," afirmó, y todos se rieron, provocando que me sonrojara aún más fuerte.
Pedro se retiró a penas, su mano todavía estaba en la parte posterior de mi cabeza mientras me miraba a los ojos, una sonrisa jalaba los extremos de su boca. "Me encanta salir contigo y presumirte," me susurró.

Oí un pequeño "Aww" de Ana de nuevo, pero esta vez lo ignoré y centré mi atención en Pedro y en como él me hacía sentir como la única chica en todo el restaurante. "Eso mismo para tí, Sr. Alfonso," bromeé.

Sonrió y me besó en la punta de la nariz antes de retirarse y soltarme. "Entonces, ¿qué van a ordenar todos?" Preguntó en voz alta, para cambiar el tema de conversación mientras escaneaba el menú.

Jaxon me codeó suavemente en el costado. "Paula y yo vamos a compartir un plato de espagueti, así podremos hacer eso de La Dama y el Vagabundo," dijo.

Me reí y sacudí la cabeza cuando Pedro suspiró y le dio una mirada sombría. Esta iba a ser una noche divertida. Parecía que Jaxon intentaba molestar a Pedro tanto como fuera posible.

Y resulta que yo tuve razón, la noche fue increíblemente divertida. Tal parece que la familia de Pedro me dio la bienvenida con los brazos abiertos. Sus padres fueron geniales, tal como cuando los conocí en la boda de Luciana. Me preocupaba que no les agradara debido a mi edad y todo eso de que su hijo podría ser enviado a la cárcel en cualquier momento, pero no mencionaron que era menor de edad o que era su estudiante ni una vez. La charla se basó más en qué cosas me gustaban hacer, cómo era mi familia, y las cosas generales para llegar a conocer a alguien.


Su mamá parecía simplemente amar el hecho de que Pedro era feliz. Ella era increíblemente linda. Su marido era como sus chicos, divertido, ocurrente y coqueteaba constantemente con su esposa. Aparentemente éste era su aniversario de bodas número 26, sin embargo, seguían mirándose el uno al otro con esa chispa de amor en los ojos. Cada vez que él colocaba su brazo alrededor de ella, o compartían alguna risita o sonrisa, yo miraba a Pedro y no podía evitar preguntarme si él me seguiría mirando de esa manera si lográbamos durar tanto.

Lu, la hermana de pedro, era adorable también. Era justo como Ana, amable, dulce, y muy, muy conversadora. Su esposo , era del tipo fuerte y silencioso, pero cuando se sumaba a la conversación era sorprendentemente ingenioso. Se equilibraban perfectamente el uno al otro; a ella le encantaba hablar un montón, y él parecía contento con oír lo que sea que ella tuviera para decir. Obviamente estaban todavía en la etapa de la "luna de miel" de su relación, porque él parecía tener problemas en mantener sus manos alejadas de ella - por mucho que provocara el asco evidente en Jaxon y Pedro, y sus comentarios acerca de que se consiguieran una habitación.

En términos generales, me encantó, y ya los amaba también. En serio, no debería haber esperado de su familia nada menos de lo que eran. Con dos increíbles hijos comoPedro y Jaxon, era seguro que todos serían personas fenomenales. Aunque, en cierta manera, conocerlos me hizo sentir un poco mal. Anhelaba hacer esto con Pedro y mi familia. Me encantaría llevarlo a casa conmigo, para que papá estrechara las manos con él y le diera el visto bueno. Adoraba a mi papá, y que aprobara al amor de mi vida significaría mucho para mí. Sólo faltaban seis meses, y entonces sería capaz de hacerlo. No podía esperar para poder jactarme de él orgullosamente, tal como lo estaba haciendo él conmigo en este momento.

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Espero que les guste!! mañana la tercera parte de este capitulo!!
Gracias por leer!! ♥



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