lunes, 4 de noviembre de 2013

Capitulo 43: parte tres



Tan pronto como intercambiamos abrazos de despedida con todos, y prometimos pasarnos por la casa de sus padres el próximo domingo para una cena familiar, finalmente nos fuimos a su apartamento. No podía esperar para tener simplemente sus brazos a mi alrededor; sentía como si hubiera pasado mucho tiempo."Entonces, ¿cómo lo hice?" Pregunté, haciendo una mueca nerviosamente, mientras esperaba su reacción.

Él sonrió, tomó mi mano mientras conducía, y la llevó hacia su regazo, nuestros dedos estaban entrelazados. "Estuviste genial, linda. Te amaron," me aseguró.

Me mordí el labio y me hundí en el asiento, incapaz de mantener la sonrisa de satisfacción fuera de mi rostro. “No puedo creer que no les importara nada a todos ellos... 

 ¿Cómo pueden aprobarme, sabiendo que tengo diecisiete y soy tu estudiante?” Pregunté, sacudiendo mi cabeza asombrándome de ellos.

Él sonrió y se encogió de hombros. “Ellos sólo me quieren feliz, y tú,” levantó mi mano hasta su la boca y besó el dorso suavemente, “Tú me haces muy feliz.”

Suspiré con satisfacción y cerré mis ojos. “Tú me haces muy feliz también,” confirmé, sonriendo abiertamente como una idiota.

Cuando llegamos a su apartamento lo note un poco tenso. Yo tenía un presentimiento de que estaba preocupado porque quedarme a pasar la noche con él empujaba los límites un poco. Apreté su cintura de modo tranquilizador y me apreté a su costado más fuerte. Él me sonrió y presionó sus labios a los míos mientras que deslizó su llave en la cerradura, se retiró y puso su frente en la mía.

“Te amo,” susurró él, frotando su nariz contra la mía en un besito esquimal.

“Te amo también,” respondí inmediatamente.

Sonrió abiertamente y se apartó, tomando mi mano y jalándome dentro de su apartamento, cerrando la puerta detrás de nosotros. Miré mientras cerraba la puerta con llave, encerrándome dentro del apartamento para variar. Amé el sonido del clic. Aquel sonido señaló que yo me quedaba aquí para pasar la noche, el sonido hizo que mi aliento se atorara en mi garganta, y mis rodillas temblaran un poco con entusiasmo.

“¿Quieres algo de beber? Podríamos poner una película, son sólo las diez y media,” sugirió él, mirando en su reloj.

Agité mi cabeza y me acerqué a él, deslizando mis brazos alrededor de su cuello. “Sólo quiero ir acostarme contigo.”

“¿Aunque sea sólo para abrazarnos, verdad?” él comprobó, inclinándose para mirar mis ojos. 

Asentí. Yo conocía las reglas, respetaba las reglas, sólo no me gustaban. “Sólo quiero que me abraces, eso es todo,” confirmé.

Sonrió y pasó sus manos por mis brazos, cuando llegó a mis manos entrelazó nuestros dedos y se dirigió hacia su dormitorio, jalándome junto con él. Me sentí tan contenta, tan feliz, tan satisfecha. No necesitaba nada más que sus brazos envolviéndome, su aroma para llenar mis pulmones, para dejarme llevar por el sueño sabiendo que despertaría junto a él. Esto parecía el cielo.

Cuando llegamos a su dormitorio, él recogió mi bolso de noche que había traído conmigo antes, la recostó en la cama para mí. Me dirigí a ella y abrí la tapa, sabiendo que no había empacado nada para dormir.

“¡Jo, olvidé traer el pijama!” Grité, frunciendo el ceño teatralmente mientras que pretendí buscar en mi bolso.

Él suspiró. “A propósito sin duda.” Me miró a sabiendas y reí con aire de culpabilidad mientras me encogí de hombros. Sonrió. “Parece que esta noche dormirás desnuda,” él bromeó. Sus ojos barrieron mi cuerpo abajo despacio, como si lo estuviera imaginando o algo así.

Sentí el aliento atragantado. ¿Habló en serio? ¿Voy a estar en su cama desnuda? Oh diablos sí! 

Me gusta cómo suena esto!

“¿En serio?” Pregunté, mirándolo con excitación.

Él rió. “Tú realmente eres una pervertida. No, bombón, estaba bromeando. La vez pasada que comprobé todavía eras menor de edad,” él se burló, guiñándome mientras jaló de su camisa de botones azules sacándola sobre su cabeza, y lanzándola a mí. “Duerme en esto.”

Sonreí agradecidamente, y mordí mi labio cuando lo observé. Su cuerpo me hizo agua la boca, y a mis rodillas temblar. Moví mis manos a la espalda de mi vestido y estaba justo apunto de desabrocharlo para poderme cambiar, cuando él gruñó. “Te puedes cambiar en el baño,” masculló, señalando con la cabeza la puerta.

Puse mala cara cuando me dirigí al cuarto de baño. Parece  que definitivamente no conseguiré nada más que un abrazo esta noche. Yo realmente no esperaba algo, sabía lo serio que era sobre que yo fuera menor de edad; él realmente quería esperar, entonces esperaríamos. Esta noche era más sobre estar cerca de él, teniéndolo abrazándome como solía hacerlo, y pasar tiempo juntos sin tener que mirar el reloj para ver si yo iba a perder mi toque de queda. Sólo relajándonos como Pedro y Paula, en vez de profesor y estudiante.

Me quité mi vestido y sujetador, dejándome las bragas mientras que me coloqué su camisa sobre mi cabeza. Mientras pasaba por mi cara lo respiré. Su aroma me asombró. Provocó mis sentidos, como una especie de droga, y me elevó de inmediato. Esta noche tengo que dormir con aquel olor alrededor de mí; deseé que esta noche durara para siempre.

Cuando salí del cuarto de baño, Pedro gruñó. “Olvidé lo sexy que te ves en mi ropa,” él casi rugió.

Dirigí rápidamente mis ojos a él. Él estaba en la cama, con su pecho desnudo. Las sabanas cubriendo sólo encima de su ombligo. Me hizo hormiguear mi estómago por lo increíble que se veía. Probablemente nunca me acostumbraría a la atracción que siento por él, literalmente parecía el hombre más hermoso del mundo. Nada ni nadie comparado con Pedro.

Sostuve mi aliento, tratando de esconder mi deseo por él mientras caminé al otro lado de la cama y subí despacio, sólo preguntándome si yo sería capaz de detenerme de pedir un poco de atención física. Podía sentir las palabras a punto de reventar para salir de mi boca; lo deseaba tanto que era casi doloroso. 

Él sonrió, sus ojos barrieron sobre mi cuerpo mientras yo hacía lo mismo con él.

“Ven conmigo entonces, Bombón,” él ronroneó de modo seductor. Tragué aire y me escabullí sobre él mientras que él rodó a su lado y pasó un brazo bajo mi cuello. Me moví imposiblemente más cerca, poniendo mi cabeza en su hombro, inclinando mi cara para así poder mirar los ojos del hombre del cual yo estaba enamorada. Coloqué una pierna entre las suyas, enredándonos juntos íntimamente.

Su nariz cepillaba contra la mía despacio, su ojos mirando directo a los míos. Podía ver la lucha que tenía con él mismo, estaba claro a través de su cara que él me deseaba, pero trataba de no soltar el control. Su otra mano se deslizó hacia abajo por mi espalda despacio, trazando por mi trasero, empujándome aún más cerca a él.

“No sabes cuánto he extrañado tenerte en mi cama,” susurró él, salpicando pequeños besos desde el borde de mi boca, a través de mi mejilla hacia mi oído. Besó el punto sensible debajo de mi oído, y me sentí temblar en su abrazo, lo que hizo que sus dedos mordieran mi trasero y mi espalda mientras me apretaba más fuerte. Soltó un pequeño gemido; yo no estaba segura si había sido un gemido bueno, como de apreciación, o si fue un gemido de frustración. De cualquier manera esto hizo brotar un disparo de necesidad alrededor de mi cuerpo.

Viendo ya que él me tocaba un poco, yo asumí que me permitiría tocarlo. Incliné mi cabeza y besé la parte superior de su pecho mientras arrastraba mis dedos sobre su piel, siguiendo las líneas de sus músculos, adorando las protuberancias con las yemas de mis dedos. Sus manos vagaban por mi cuerpo también. Jadeé cuando la que estaba en mi trasero se deslizó bajo su camisa que yo usaba y cosquilleó la piel de mi estómago, sus dedos descubriendo mi perforación del ombligo.

Él gimió otra vez cuando lo toqueteó, su rostro volviendo al mío mientras me besaba suavemente, despacio, tiernamente. El beso era tan suave que apenas podía sentirlo, sin embargo al mismo tiempo contenía tanta pasión que me daban ganas de gritar. Necesitaba más, necesitaba de él, tanto así, que sabía que tenía que pararlo.

Él no quería esto y se enojaría consigo mismo si esto pasara; no lo quería molesto pensando que él se había aprovechado. Tanto como esto me dolía, yo tenía que conseguir que se detuviera.

“Pedro, creí que había una regla sobre la ropa,” mascullé, odiándome por decir las palabras.

Él suspiró y retiró su rostro, sus ojos enganchados con los míos. “No puedo hacerlo, Bombón. Yo sólo… sólo necesito verte, tocarte,” susurró él, mirándome como pidiendo mi permiso.

Sentí que mi mundo había dejado de girar, o tal vez se había acelerado, ya no estaba segura de que. Los sentimientos que recorrían por mis venas me hicieron sentir que podría volar.

“Oh Dios,” mascullé, no sabiendo que más decir. Jalé su boca a la mía, y él gimió detrás de su garganta. El sonido casi me volvió loca y clavé mis uñas en su espalda, pero no pareció importarle en lo más mínimo. 

Sus brazos se ajustaron en mí y él rodó en su espalda jalándome encima de él, sin romper ni una vez el beso. Los sentimientos apoderándose; no podía pensar en nada más, yo sólo era un cuerpo hecho para sentir y nada más. Cada lugar donde sus dedos me tocaban parecía que me encendía en llamas, dejándome echa un manojo de nervios. Cuando sus manos comenzaron con los botones de mi camisa de repente fui plenamente consciente de que si él me la quitaba, yo no tendría nada debajo más que mis bragas de encaje. ¿Lo sabe? Tal vez supone que llevo también el sujetador….

“Pedro, no tengo nada debajo de esto.” Jadeé ya que él besaba hacia abajo a un costado de mi garganta.

"Bien", él refunfuñó, tirando más enérgicamente de los botones.

Mi corazón corría en mi pecho; estaba tan excitada que creía que esto me mataría. Sacó la camisa fuera de mis hombros despacio, sus uñas raspando por mis brazos mientras que lo llevó a cabo, haciéndome morder mi labio y gemir silenciosamente. Sus ojos no se despegaron de mí en todo momento. Su expresión todavía se notaba rasgada, como que todavía creía que esto estaba mal de alguna manera pero que no podía detenerse. Sonreí para alentarlo; sus labios  se detuvieron en una sonrisa imponente mientras que él jaló el resto fuera y la lanzó al suelo.

Él nos hizo volver a rodar entonces yo quedé abajo de él otra vez, y luego él se levantó para sentarse a horcajadas sobre mis caderas. Brevemente entré en pánico de que hubiera cambiado de opinión, que él iba a insistir que nos detuviéramos o sugerir que él durmiera en el sofá o algo así.

Pero no lo hizo. En cambio, sus ojos vagaron abajo despacio por mi cuerpo, de la punta de mi cabeza, hacia abajo por mi cuello, retardándose en mis pechos antes de barrer sobre mi estómago, y luego hacia arriba de regreso, tan despacio, hasta que sus ojos se encontraron con los míos.

Él bajó de nuevo encima de mí, sus antebrazos a ambos lados de mi cabeza, soportando la mayor parte de su peso. Me miró directamente a los ojos. Apenas pude ver su amor por mí allí, la profundidad de la emoción que estaba allí me hizo derretir y mis entrañas saltaron de alegría.

“Eres tan hermosa. A veces no entiendo lo que ves en mí, pero me alegro de que veas lo que sea que veas,” susurró él. Su aliento sopló a través de mis labios, haciéndolos abrirse inconscientemente. “Nuevas reglas. La piel es permitida, bragas y calzoncillos se quedan, manos y boca tienen rienda suelta. ¿De acuerdo?” él preguntó, mirándome con esperanza.

¡Oh diablos sí que me gusta cómo suena esto! Asentí con impaciencia.

“¡De acuerdo, definitivamente de acuerdo!” Acepte quizá demasiado rápido.

Él rió, su mano quitando el cabello de mi cara suavemente. “Tú sólo me amas por mi cuerpo.” él bromeó, cambiando su peso en mí, haciendo que rozáramos en sitios íntimos. Hacía tanto tiempo de esto que casi me pregunté si era un sueño, tal vez yo estaba teniendo un sueño caliente sobre él otra vez – si así fuera, no quería  despertarme nunca.

Sonreí abiertamente y negué con la cabeza. “Eso no es verdad. También te amo porque me compras Lucky charms para el desayuno,” bromeé.

Se echó a reír y asintió, presionando sus labios a los míos, eficazmente terminando la conversación.


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5 comentarios:

  1. Que Pepe se deje de pensar así y se amen de una buena vez x favorrrrrrrrr!!!!!!!!!!!!!!! Buenísimo este cap, re bien escrito

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  2. Me encantó el capítulo!! Qué pensamientos raros los de Pedro!! se aman y eso es lo único que debe importar! Dentro del departamento son ellos y nadie más!!

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  3. buenisimo el cap ojala concreten lo q ellos tanto quieren besos @robel16

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  4. Muy bueno el capitulo!!! Ya quiero saber como sigue!!! :)

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  5. wow buenísimo el capítulo,me encanto!!!

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