viernes, 15 de noviembre de 2013
Capitulo 48
``¡Linda, lo único que tienes que hacer es solicitar tu admisión para la universidad de tus sueños!´´— ordeno Pedro, mirándome con severidad, usando esa voz de maestro que tenia.
Suspiré y puse la cabeza entre mis manos. Estábamos en este momento tendidos en su cama, con mis papeles para la universidad esparcidas por todas partes. Nos encontrábamos justo en medio de una dolorosa conversación sobre cual universidad debería escoger. No era una conversación fácil. Pedro estaba seriamente cabreado conmigo.
Negué con la cabeza, sin mirarlo y enterrando mi cara entre sus sabanas.
``No´´ —murmuré.
Él gimió frustrado. ``¡Paula, por el amor de dios, no hagas esto! Has tenido en tu corazón esa escuela desde siempre, tú misma lo dijiste, así que sólo rellena papel! ¿Qué daño puede hacer?´´— Preguntó, envolviendo su brazo alrededor de mi cintura y jalándome hacia el .
Suspiré dramáticamente, él simplemente no me estaba escuchando. ¿Cuál era el punto de rellenar ese papel si yo no tenía ninguna intención de aceptar incluso si conseguía el puesto? No había una maldita manera de que lo dejara para irme a estudiar a Nueva York, estaba a horas de distancia, y no podía estar lejos de él durante tanto tiempo. Casi nunca podría verlo; los fines de semana no eran suficientes para mí.
``¿Cuál es el punto? Ya no quiero ir ahí, me quiero quedar aquí así voy a estar más cerca de ti!´´— gemí, enterrando mi cara en su pecho.
No quería mirarlo, sabía la cara que tenía en estos momentos, la de cachorrito lindo con ojos suplicantes y no podía verlo porque tenía que mantenerme fuerte. Claro que esa universidad había sido importante para mí antes, pero ahora que lo tenía a él, todo lo demás parecía menos importante. ¿Por qué debería ir allí y hacerme infeliz a mi misma? Pero él no estaba viendo mi punto.
"Paula, sólo rellena el papel para pedir tu admisión, si es lo que quieres, después…´´— comenzó, pero lo interrumpí antes de que pudiera terminar.
``No´´— dije confiadamente.
Él acarició suavemente la parte posterior de mi cabeza, su cuerpo tenso. Era evidente que no le gustaba esta conversación tampoco.
``¿Preciosa, puedes mirarme?´´—preguntó en voz baja.
``No.´´
Él se echó a reír. ``¿Y eso por qué?´´
Suspiré.
``Porque sé que vas a hacer esa cosa con los ojos y me convencerás de hacer algo que no quiero ´´— me queje, con voz ahogada porque aun tenía mi cara apretada contra su camiseta.
``¡Preciosa, sólo mírame! no quiero tener esta conversación con la parte superior de tu cabeza!´´— dijo exasperado, tirando de mis brazos para que me moviera.
Gemí de frustración y me senté a su lado, de mala gana arrastre mis ojos hasta su rostro, viendo la expresión que sabía que estaría ahí.
``Ves, ahí está la cara. ¡Lo sabía!´´—dije, agitando mi mano en su rostro a manera de ejemplo.
Me sonrió y ambos nos echamos a reír. ``A veces es una tonta, señorita Chaves´´— bromeó, agarrando mi cintura y tirando de mí hacia abajo, así que ahora estaba tumbada sobre él.
Puse mis brazos a ambos lados de su cabeza y sonreí. Era tan increíble, y lo amaba tanto, un pequeño sacrificio en el destino de mi educación no era nada cuando consideraba lo que podía conseguir con él en cambio. Había estado pensando en ello durante los últimos dos meses, y estaba totalmente segura de que eso era lo que quería. Iría a la universidad local, pero aún haría el mismo curso. Claro, yo echaría locamente de menos a Amy, pero aún así podría ver a Nico todo el tiempo, así que todavía tendría un gran amigo cerca. Y por supuesto lograría ver al hombre de mis sueños todos los días, lo cual era el factor decisivo aquí.
Todo había sido perfecto durante los dos últimos meses. Erika se había retirado por completo, incluso ni siquiera quería hablar conmigo. Claro, ella todavía me odiaba, era obvio por la forma en que me miraba, pero no le había dicho nada a nadie. Jaxon y yo habíamos mantenido la farsa de las citas. Me recogía un par de veces a la semana y me llevaba a la casa de Pedro, luego pasaba el rato con nosotros o nos dejaba, así podíamos tener privacidad.
Jaxon era increíble, todavía era una putilla sin remedio, pero eso solo lo hacía aún más especial para mí.
Pedro estaba solo siendo Pedro: dulce, reflexivo, generoso, amoroso, estaba siendo el increíble novio que siempre fue. No habíamos salido mucho, ni siquiera a la ciudad más cercana, porque no nos queríamos arriesgar. Los únicos lugares que frecuentábamos eran su casa, la casa de sus padres, o a alguna de las fiestas de sus amigos, pero sólo si Jaxon venia también por si alguien nos veía, entonces yo podía fingir que estaba con él. Pero solo pasar tiempo con Pedro hacia que mi corazón se disparara en mi pecho. No importaba lo que hiciera o a donde fuéramos, amaba cada segundo que estaba con mi novio.
Nosotros nos evitábamos el uno al otro en la escuela, incluso ni hablábamos a menos que se tratara de su clase, y con otras personas alrededor. No dejamos nada al azar, y eso estaba dando sus frutos. Habían transcurrido dos meses desde el incidente de Erika y el Director ni siquiera había mirado dos veces en nuestra dirección desde entonces.
Estábamos en una buena racha, esta era la recta final. Solo tres meses más de escuela y luego ya no sería ilegal que saliéramos. Yo estaba por cumplir los dieciocho años en un par de semanas, así que ya no tendría que sentirse culpable porque yo fuera una menor. Al parecer era lo que él estaba esperando.
El último obstáculo por superar era: terminar esta estúpida conversación sobre las relaciones a larga distancia.
Durante la última media hora él había estado enumerando las formas en las que podíamos hacer que funcionara, de como siempre teníamos Skype, mensajes de texto, llamadas telefónicas, emails y todo lo demás que el pudo dejar caer sobre mí para tratar de convencerme. Sin embargo nada de eso era suficiente para mí, quería ser capaz de tocarlo cada vez que quisiera. Quería ser capaz de dormirme en sus brazos y abrazarlo después de un duro día. Quería mirar los ojos del hombre que amaba cuando habláramos, no a una estúpida webcam.
``¿Podemos por favor dejar de hablar de esto ahora?´´— suplique, haciéndole un mohín.
Frunció el ceño y sacudió la cabeza. ``Mira, solo rellena los papeles para la universidad. Hazlo por mí. Si te aceptan, entonces hablaremos de ello. No tienes que tomar una decisión en este momento, ¿de acuerdo? Si aplicas tendrás otra opción y si en un par de meses ya te has hartado de mi, no te hará feliz haber tirado la oportunidad de ir a la Universidad de tus sueños por nada´´ —declaro, mirándome directamente a los ojos, con las manos sosteniendo mi rostro para que no pudiera apartar la mirada.
Sentí que mi corazón se aceleraba. ¿Estaba tratando de hacer que aplicara porque quería que me fuera? ¿Esperaba que me fuera para poder tener tiempo separados? Tal vez quería romper conmigo y pensaba que sería más fácil dejar que nosotros simplemente nos alejáramos debido a la distancia.
``Pedro, ¿realmente es eso? Tu solo quieres que me vaya, ¿no? Porque... ya sabes´´—me encogí de hombros, no queriendo saber la respuesta.
Me miró con curiosidad. ``Ya sabes, ¿qué?´´
Suspiré. ``Que sólo quieres que me vaya, para que no estemos juntos todo el tiempo. ¿Te estoy presionando o algo así? Es ésta una manera sutil de decirme que…´´— Él me interrumpió con un beso.
Le devolví el beso, presionando mi cuerpo contra él, amando la sensación de sus labios sobre los míos. Él rompió el beso y me frunció el ceño, sacudiendo la cabeza.
``¿Realmente te volviste loca linda? ¿Debo empezar a preocuparme porque has perdido la cabeza?´´— bromeó juguetonamente. Lo mire con curiosidad, sin saber de que estaba hablando.
Él se rió y pasó su mano por mi rostro.``Olvida esos pensamientos en este instante, ¿de acuerdo? Si te fueras te extrañaría más que nada, ni siquiera estoy seguro de cómo iba a salir adelante. Sin duda tendría que empezar a trabajar en el club de nuevo para poder pagar la factura del teléfono, porque estaría corriendo a llamarte todo el tiempo. Yo sólo quiero que vayas a la universidad de tus sueños, no quiero tener que estar lejos de ti. Si no me hubieras conocido entonces querrías ir allí y hacer lo que siempre pensaste hacer con tu mejor amiga.´´
Sentí que mi cuerpo se relajaba. Sólo estaba siendo dulce y considerado, él Pedro de siempre, esto no se trataba de el queriendo deshacerse de mí en absoluto. Acaricie mi nariz contra la suya.
``Si no te hubiera conocido entonces todavía estuviera buscando a mi señor Perfecto´´—le susurré, besándolo de nuevo.
Lo sentí sonreír contra mis labios, me aparte y me senté a horcajadas sobre él, sentada sobre su estómago.
``¿Crees que soy perfecto?´´ —preguntó, con mirada arrogante, arrastrando un dedo por mi pierna lentamente, haciendo que mis hormonas se revolucionaran.
Me reí y sacudí la cabeza. ``No realmente. Eres un sucio nerd de las matemáticas´´ —contesté, sonriendo ante la cara que puso. ``Roncas, dejas levantada la tapa del inodoro, y no sabes cocinar. No, Señor Alfonso, no creo que seas del todo perfecto´´ —bromeé, metiendo mi lengua en su boca.
Me dio una sonrisa de suficiencia y me agarró la cintura, me empujo hacia abajo en la cama y rodó encima de mí, aplastando todas mis aplicaciones para universidad debajo de nosotros me inmovilizó. ``Bueno, tú eres muy limpia. Siempre dejas el asiento del inodoro abajo así que tengo que subirlo de nuevo. Comes cereales repugnantes en el desayuno, y apestas en matemáticas´´ —respondió, apretándose más contra mí. ``Pero todas esas cosas son las que te hacen perfecta a mis ojos, Preciosa´´ —termino.
``Aww, Pedro, eso es tan dulce´´ —gemí.
Él sonrió. ``Me encantan todas esas cosas. Amo todo de ti, incluso las cosas malas´´— él susurró. ``Espera, en realidad, hay una cosa que no me gusta de ti´´— dijo él, frunciendo el ceño pensativo.
Hice una mueca y espere que me dijera que era demasiado llorona o inmadura o algo así. Sus ojos se clavaron en los mios mientras hablaba de nuevo.
``Siempre usas demasiada maldita ropa.´´
Me eché a reír mientras él le fruncía el ceño a la camiseta que llevaba puesta.
``—¡Eres un pervertido! Tal vez deberíamos tener un día a la semana en el que no llevemos nada de ropa. Simplemente caminar alrededor todo el día desnudos. Podríamos llamarlo sábado desnudo o algo´´ —sugerí, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello con fuerza.
``Fines de semana desnudos serian mejores´´ —dijo el alegremente, sonriendo con excitación.
Sonreí y asentí con la cabeza. ``Fines de semana desnudos serian definitivamente mejor. Voy a revisar mi agenda y veré si puedo apuntarlo para la próxima semana´´ —bromeé, acariciando su cabello.
``Genial´´— susurró, besándome suavemente. Suspire con satisfacción y cerré los ojos, sólo disfrutando del lujo de estar en los brazos de este hombre.
Todavía no me acostumbraba a ello, creo que nunca lo haría, esperaba nunca darlo por sentado. Se retiro del beso y puso su frente contra la mía. ``Haz la aplicación para la universidad de tus sueños´´— rogó, rozando su nariz contra la mía. ``Solo haz la aplicación, nada más. Entonces, si consigues que te acepten y todavía no quieres ir, entonces no vayas. Solo no desperdicies la oportunidad. ¿Por favor? ´´
Acepte de mala gana. Sin embargo en mi mente no tenía ninguna duda de que si me aceptaban, iba a rechazar el puesto. No iba a mudarme a Nueva York, y eso era definitivo. No importaba lo mucho que me pusiera su cara de cachorrito lindo. Pero si sabía que ese era el fin de esta conversación, rellenaría esos papeles. No podía hacer ningún daño. Solo llenar un par de formularios y escribir un par de ensayos, no volveríamos a hablar de ello y eso sería todo.
Él estaba físicamente relajado sobre mí, sus hombros flojos, con una hermosa sonrisa cruzando su rostro. ``Gracias, Preciosa´´—susurró, besándome otra vez. Envolví mis piernas alrededor de su cintura con fuerza, aplastando su cuerpo contra el mío. Mi emoción alcanzó su punto máximo cuando su peso me apretó hacia abajo en el suave colchón.
Mis manos recorrían su cuerpo, deslizándose bajo su camiseta, mis dedos trazando su espalda mientras él continuaba besándome como si pudiera devorar mi alma. Cada beso literalmente, hacia que mis dedos se doblaran en éxtasis. Era hermoso. Su beso era casi una poesía. Era una chica muy afortunada.
``Así que, acerca de este fin de semana desnudo...´´— dijo con voz apagada, ahuecando mi cara y besando la punta de mi nariz.
Sonreí. ¿Hablaba en serio? ¡Estaba bromeando cuando lo sugerí! ¡Apuesto a que el maldito pervertido me haría hacer eso ahora también! ¿Dónde me metí?
``¿Qué pasa con eso?´´ —pregunté, mi voz apenas funcionaba mientras mi mente divagaba pensando en su cuerpo, su perfección mostrándose durante cuarenta y ocho felices horas. En realidad, esperaba que llegáramos hasta el final.
Él suspiró. ``Me temo que va a tener que empezar el sábado en la noche. Hay algo que tengo que hacer durante el día, así que no puedo verte´´ —dijo, encogiéndose de hombros mientras se levantaba, sentándose a mi lado en la cama.
Fruncí el ceño ante su comentario. Pedro y yo siempre pasábamos el sábado juntos. ¿Qué era eso que tenía que hacer que no podría verlo?
``¿En serio? ¿Qué te traes entre manos?´´ —pregunté, tratando de no sonar como una novia obsesiva solo porque él estaba pasando de mi por un día.
Sonrió y se encogió de hombros. ``Tengo algunas compras que hacer. Una chica que conozco cumplirá años pronto así que tengo que comprarle un regalo.´´
Espera, ¿me estaba dejando de lado para ir a comprarme un regalo de cumpleaños? ¡Bueno, eso apestaba! Hice una mueca y me senté también, moviéndome para poder sentarme en su regazo, frente a él.
``¿Qué pasa si esta chica no quiere nada para su cumpleaños?´´ —repliqué, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello.
Rió y pellizco mi nariz, rodando sus ojos juguetonamente. ``Mala suerte para ella, supongo.´´
Suspiré dramáticamente. ``Pedro, no tienes que comprarme nada. No quiero que te gastes tu dinero en mí´´ —insistí, haciendo un mohín de nuevo. De verdad no quería que me comprara un regalo, su tiempo y compañía eran más de lo que podría desear.
Pasó la mano por mi espalda, parando cuando llegó a mi trasero, una de sus manos empujo hacia abajo la parte trasera de mis jeans, acariciando con el dedo a través de mi ropa interior, lo que hizo que todo mi cuerpo doliera de necesidad.
``Voy a comprarte un regalo linda. No todos los días tu novia cumple dieciocho años. Es un cumpleaños especial, uno que debes recordar siempre. Quiero darte algo que puedas tener y recordar también´´— explicó encogiéndose de hombros. ``¿Hay algo que quieras realmente para tu cumpleaños? Quiero decir, tengo algo que quiero darte, pero si hay algo más que quieras, puedo darte eso también.´´
Me miró con curiosidad.
Todo su discurso sobre lo especial de mi cumpleaños y como lo recordaría siempre, me hizo querer sólo una cosa. Si había una cosa que haría que mi cumpleaños fuera especial, era él. Todo él.
Seguí la línea de su mandíbula con mi dedo mientras me preguntaba cómo expresarlo sin sonar como una especie de ninfómana o algo así.
``En realidad hay una cosa que quiero. Y tú eres el único uno que puede dármela´´ —coquetee, besando la base de su garganta.
``¿Y qué es eso?´´— graznó con voz ronca. Me moví hacia arriba y mordisquee el borde de su mandíbula. Su agarre apretándose sobre mí. ``Paula, mierda, me encanta cuando haces eso´´ —se quejó sin aliento. Sonreí con orgullo y bese su oreja, mordisqueando el lóbulo suavemente antes de hablar.
``Quiero pasar mi cumpleaños contigo. Quiero una noche en la que nos olvidemos de todo lo demás, quiero una noche donde pongamos todo a un lado y seamos solo Pedro y Paula. Quiero una noche donde no haya reglas ni límites. Eso es lo único que quiero para mi cumpleaños´´ —susurré.
Él gimió y me eche hacia atrás para mirarlo con curiosidad, rezando para que aceptara. Si había algo que haría mi decimoctavo cumpleaños especial, sería tener cada parte de Pedro , cuerpo, mente y espíritu.
``Eso…´´ —comenzó, frunciendo el ceño, luciendo como si estuviera eligiendo sus palabras con cuidado.
La decepción se instaló en la boca de mi estómago porque sabía que estaba a punto de decir que no. Realmente no podía culparlo, eso no era lo que habíamos acordado. Ya habíamos estirado las reglas mucho más de lo que quería, y sin embargo aquí estaba yo empujándolas un poco más. Estaba siendo egoísta por preguntarlo. Debía pensar en lo que le estaba pidiendo. No quería volver a ponerse en peligro a sí mismo de esa manera, así que realmente no debería haber preguntado, sabía eso.
Sacudí la cabeza con aire de culpabilidad. ``Lo siento, olvídalo. No debería haberlo pedido´´— murmure, ruborizándome por la vergüenza de haberme arrojado nuevamente a él de esa manera
Suspiró y puso su dedo debajo de mi barbilla, levantando mi cabeza de modo que tuve que mirarlo. Sus ojos mieles buscaron los míos y ninguno de los dos habló durante un par de minutos. Me perdí en el hermoso color de ellos, eran fascinantes.
``De acuerdo´´— finalmente susurró, asintiendo lentamente.
Jadeé, mirándolo con los ojos muy abiertos. ¿Qué demonios? ¿Lo escuché bien? ¿Acaba de estar acuerdo en hacer el amor conmigo? Wow, esto está muy mal si tengo que coaccionar a mi novio para que duerma conmigo. Toda esta situación estaba ligeramente equivocada. Usualmente por lo general era al revés, el chico le pedía a la novia dar el siguiente paso. Supongo que somos especiales... o tal vez soy una pervertida como él siempre dice. Me reí de la ridícula situación la que estábamos, y entonces mordí el labio tratando de detenerme; probablemente me veía como una loca. Todavía no le había dicho nada a cambio y Pedro lucía un poco confundido ahora.
Negó con la cabeza y sentí que mi cara arder. ``Está bien. Lo siento, no debí pedirlo. Vamos a esperar hasta después de la graduación´´—dije tímidamente.
Sonrió, con los ojos recorriendo mi rostro lentamente, como si quisiera memorizar cada parte de el o algo.
``¿Crees que no quiero estar contigo? Paula, por supuesto que sí. Estar contigo me vuelve loco; a veces quiero tanto hacerte el amor que duele. Eres demasiado hermosa para mi cordura´´ —susurro, acariciando los lados de mi rostro con sus pulgares. ``Quiero hacer que tu cumpleaños sea especial; si eso es lo que quieres, entonces eso es lo que haremos.´´ —Acarició mi rostro otra vez antes de presionar sus labios contra los míos tan ligeramente que apenas podía sentirlos.
La felicidad amenazaba con consumirme mientras los pensamientos de hacer el amor con él empezaban a correr por mi mente. ¡Pero faltaban tres malditas semanas para mi cumpleaños! Wow, eso se sentía como demasiado tiempo ahora que sabía lo que estaba haciendo.
``¿En serio?´´ —pregunté, sólo necesitaba que me lo confirmara una vez más, para estar segura de que no había vuelto a deslizarme en otra de mis fantasías sobre Pedro.
Asintió con la cabeza. ``Sí, Preciosa. Quiero darte todo por tu cumpleaños, si soy yo lo que quieres, entonces eso es lo que tendrás´´ —susurró, con sus ojos brillando con amor y adoración haciendo que mi corazón se estrellara en mi pecho.
Le di un beso agradecido. ``Eso es todo lo que quiero. Sólo a ti´´ —confirmé.
Me sonrió. ``Aun estaré ocupado el próximo sábado´´ —afirmó, dejándonos caer en la cama de nuevo, lado a lado mientras envolvía sus brazos alrededor de mí apretadamente. ``Y tengo una condición´´ —agregó. ``Si vamos a tener una noche, entonces quiero el día también. Quiero pasar todo el día contigo también. Tu cumpleaños es el sábado, así que quédate conmigo el viernes por la noche para poder despertar contigo.´´
Oh mierda, eso no podía ser, mis padres no permitirían que durmiera fuera y no verme en mi cumpleaños. ``Pedro, no puedo. Mi padres, voy a tener que pasar tiempo con ellos también. ´´
Frunció el ceño. ``A las diez entonces. Puedes desayunar con ellos, y luego pasar el día conmigo.´´
Gemí y negué con la cabeza. ``Pedro, normalmente mi mamá hace algo para el almuerzo, hace un montón de pasteles y postres, y terminamos comiendo comida chatarra para el almuerzo. Es como una tradición´´—expliqué, con una mirada de disculpa.
Realmente no podía romper con la tradición, mis padres se enfadarían, no podía hacerles eso. Si pudiera invitaría a Pedro al almuerzo, pero su estúpido trabajo lo hacía imposible una vez más. Él suspiró y presionó su frente contra la mía.
``Muy bien, te recojo después de comer, pero no más tarde´´ —replicó, lanzándome su mirada más seria, así que sabía que no habría compromiso.
Asentí y me encogí de hombros. Me gustaría ser capaz de convencer fácilmente a mis padres para que me dejaran salir durante la tarde y la noche, siempre y cuando no rompiera la tradición del almuerzo estaba segura de que no les importaría. Solo les diría que iba a ir de compras con Amy y luego íbamos a salir en la noche, así que me quedaría en su casa. Pedro sonrió.
``Para que lo sepas, este es el último cumpleaños en el que no despertare contigo. ¿De acuerdo? ´´
¡Joder, me encantaba como sonaba eso! ``Diablos sí´´ —suspiré. Me acurruqué más en su pecho y suspire con satisfacción. ``Te amo.´´
Besó la parte superior de mi cabeza, los papeles para la universidad todavía debajo de nosotros esparcidos sobre la cama, pero a ninguno de los dos parecía importarle.
``También te amo, Paula. Más que a nada.´´
----------------------------------------------------------------------------
Capitulo 48!! Espero que les guste!!
Gracias por leer y comentar!! ♥ falta poco para que termine!!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Nooooooo!!! Me estas dando una muy muy muy mala noticia Jes no quiero que termine ��
ResponderEliminarHermoso capítulo!! Son tan tiernos los dos!! Me encanta la novela!!
ResponderEliminarMe estás jodiendo que termina esta novela???? La escribís re bien.
ResponderEliminarayyy me encanto,buenísimo!!!
ResponderEliminar