domingo, 27 de octubre de 2013

Capitulo 38





Mientras la miraba sentí como el color de mi cara se borraba. ¿Por qué ella? Categóricamente me odiaba. ¿Por qué tenía que ser ella la que nos pillase? Se me cayó el alma a los pies mientras que una sonrisa lenta dibujaba sus labios. ¡Oh Díos, por favor que esto sea un sueño! ¡Por favor dime que esta clase era tan aburrida que me dormí y estoy teniendo ahora mismo una pesadilla!

"¿Que demonios?" Con el ceño fruncido movió la cabeza, como si intentase resolver algún problema.

Pedro no se había movido y seguía pegado a mí, sujetándome contra la mesa, sus manos permanecían exactamente en el mismo lugar que estaban dos minutos antes que ella entrase en el cuarto. ¿Qué hacemos ahora? Pedro va a tener muchos problemas, a mi me expulsarán, nuestras vidas quedaran destruidas, y todo por mi culpa! ¿Por qué tuve que llevar esta estúpida falda corta y tentarlo? ¿Por que tuve que llamar su atención y ser una maldita coqueta en el horario escolar? Soy tan idiota, y ha sido mi culpa al provocar esta situación!

De nuevo trague saliva y abrí la boca para intentar hablar; no tenía ni idea de lo que iba a decir, así qué esperaba que algo coherente saliese de mi boca.

Sin embargo lo que salió fue "Yo... nosotros... no.... no es.... de ninguna manera.... " podría pegarme a mi misma.

Pedro seguía sin moverse, es como si estuviese congelado. Ni siguiera estaba segura si aún respiraba, pero una cosa tenía clara, tenía que quitarse de encima de mí y pensar en encontrar excusas de por que me estaba besando y de por que estaba casi quitada su camisa!

Le empujé el pecho, haciendo que se pusiese derecho, pero continuaba situado entre mis piernas, boquiabierto. Sus ojos estaban de par en par y su cuerpo tenso. Jo, Pedro espabila! Me levanté rápidamente, tirando de mi falda y de la parte superior, poniendo todo en orden mientras me sonrojaba.

"Señorita Dennison, no es lo que parece" Pedro se defendió, sacudiendo la cabeza mientras salía de mis piernas y comenzaba a abotonar su camisa.

Ella se rió. "Oh, esto no tiene precio. Volví para recoger mi libro, y me encuentro con esto. Es demasiado bueno para ser verdad" Erika reflexionó, sonriendo con satisfacción. "Sr. Alfonso, pienso que podría haber conseguido algo mejor, lo que quiero decir, mírela, por Díos, es Paula! " Me miró lentamente de arriba a abajo, asqueada, y mis ojos se llenaron de lágrimas, pero de ninguna manera iba a dejar que saltaran de mis ojos delante de ella.

Una enfadada expresión cruzó en la cara de Pedro.

"¡Basta! " dijo Pedro.

Ella sonrió dulcemente y se giró para recoger su libro que estaba encima de la mesa. No sabía que hacer o que decir; sólo podía pensar en que todo esto era por mi culpa. Pedro irá a la cárcel por mi culpa.

Ella agarró el libro y se dirigió hacía la puerta. "Bueno, ha sido un placer haberte conocido" dijo ella, riendo quedamente.

Tragué el nudo que se me estaba formando en la garganta. Ella se lo iba a contar a alguien e iba a ocasionar un montón de problemas para ambos. Brevemente consideré mis opciones. La podía dejar ir y podríamos fingir que ella mentía. La podía agarrar, darle una tremenda paliza, después cortarla en pedacitos y esconderla en alguna parte. Podría rogarle que no dijera nada. O simplemente podría admitir la verdad y podríamos fingir que fue una locura del momento, una indiscreción que sólo ha ocurrido en esta ocasión. Personalmente no me gustaba ninguna de estas opciones. Me inclinaba más bien por cortarla en pedacitos, pero no pensaba que Pedro estaría de acuerdo con ello. Por lo tanto decido por el rogar e intentar apelar a su lado compasivo, si es que tenía uno.

"¡Erika, por favor! "grité con desesperación. Ella se paró y se me quedó mirando, elevando una ceja mientras que yo continuaba."Por favor no digas nada; todo esto es culpa mía, todo. "

Pedro negó con la cabeza. "No, Paula, he sido yo" empezó a decir, pero yo fingí que no había dicho nada y continué hablando.

"Lo empecé yo, simplemente lo besé. Ha sido culpa mía" le mentí, rogándole con mis ojos.

"Cuéntaselo al Director. " Erika se encogió de hombros y abrió de un tirón la puerta, saliendo como un vendaval.

Me giré a Pedro; sentía el latido de mi corazón en la garganta, lágrimas escocían en mis ojos. Cariñosamente me Agarro la cara con sus manos.

"Ni se te ocurra cargar con la culpa de esto; Paula, si lo haces me voy a cabrear mucho contigo. Si alguien tiene que cargar con la culpa, soy yo! " dijo él gravemente.

Tragué saliva y  retire sus manos de mi cara. Aún no había tirado la toalla; quizás conseguiría convencerla en no decir nada. Lo aparté con un empujón y salí corriendo por la puerta, ignorando como me llamaba por mi nombre mientra corría. Sabía que no podía seguirme inmediatamente; todavía tenía que abrocharse la camisa y no podía andar por los pasillos con la camisa como estaba.

Corrí como un rayo y visualice a Erika paseando tranquilamente por el pasillo. No se estaba dando ninguna prisa; tenía la cabeza bien levantada mientras se encaminaba al despacho del Director.

Me acerque corriendo a ella y la agarré del brazo, haciendo que se parase mientras la miraba desesperadamente. "¿Por favor? ¡Por favor no le causes problemas! Ha sido todo culpa mía, me eché encima de él, nada de esto es culpa de él. ¿Por favor no lo hagas sufrir por algo que he hecho yo, por favor? " rogué. Sentía nauseas, mis manos temblaban y todo mi cuerpo estaba frío.

Ella me sonrío con satisfacción. "¿Es culpa tuya? "

Asentí rápidamente, y me enjuague la lágrima traidora que se deslizaba por mi cara.

"Si" susurré.

Se golpeó con el dedo la barbilla, su larga uña pintada de rojo tocando sus labios mientras hacía un puchero, meditando sobre ello. "¿Entonces, que valor le pones? " pregunta ella, ladeando la cabeza.

¿Qué cuanto valor le pongo?¿Para mantenerse callada pedía dinero o algo así? Mentalmente calcule cuanto dinero tenía en casa, así como cuantos ahorros tenía en la cuenta corriente.

"No....No sé. Creo que podría reunir un par de cientos de libras? " Ofrecí, encogiendo los hombros embarazosa. Siempre podría obtener el dinero de Pedro; seguramente tendría más que esa cantidad.

Ella soltó una carcajada. "No quiero tu dinero, princesa de hielo. ¿Que otra cosa me puedes ofrecer? " siseo ella con desprecio.

Fruncí el ceño y sacudí la cabeza. ¿Que más puede haber que le pueda ofrecer?

"No … no sé. ¿Qué es lo que quieres? " pregunté. Paseé la mirada a mí alrededor. Afortunadamente no había nadie en el pasillo ya que la gente se había ido ya a casa. Amy me estaría esperando a la vuelta de la esquina en la calle. Quizás le podría pegar un grito y llamarla, me juego lo que sea que Amy me ayudaría con el plan de cortar a Erika en pedacitos.

Miro miró detenidamente. "Bien, definitivamente no quiero los trapos que llamas ropa" se mofó con una mirada despreciable en la cara. "No estoy muy segura. ¿Qué te parece si me lo pienso? " ofreció ella.

Mentalmente hice una danza de alegría, al saber que no nos iba a entregar inmediatamente, al querer pensarlo, me daría más tiempo para poder reunir más dinero o alguna otra cosa.

"Por favor Erika, no se lo digas a nadie. Haré todo lo que quieras, pero por favor, no le causes problemas" susurré, intentando no volver a llorar.

Ella sonrió dulcemente, pero sus ojos eran duros.

"¿Harías cualquier cosa? "

Su voz sonaba cruel y desagradable, sintiendo un hormigueo recorrer mi espina dorsal. Tragué saliva y asentí en acuerdo. Por alguna razón supe que me iba a arrepentir al hacer ese comentario. "Para empezar, quiero ese dinero que me has ofrecido, me lo traes cuando vengas mañana. " Metió la mano en su bolso, sacando los libros de historia y de inglés; empujándolos contra mi pecho. "Haz mis tareas, están previstos para mañana, no quiero sacar menos de un 7, así qué no te hagas la lista queriendo dejarme en un mal lugar mañana en clase! " siseó ella, haciendo un gesto de despedida con la mano.

Dinero y hacer los deberes, bien eso lo puedo hacer.

"No diré nada, porque de hecho el Sr. Alfonso me gusta, es un buen profesor. Pero entérate bien, Paula; no me gustas y tu engreída, sencilla buena apariencia que atrae la atención de los chicos más populares. Un paso fuera de línea, cualquier cosa que te niegues hacer por mi, me iré directamente al despacho del director a informarle sobre ti. "

Tragué saliva y asentí con la cabeza. "Bien, pero por favor no digas nada a nadie, ni a tus amigos, por favor" pedí, mirándola esperanzada.

Sonrió a algo que estaba detrás de mi hombro. Me di la vuelta y vi a Pedro caminando por el pasillo, su cara consternada, pero obviamente estaba intentando no mostrar ninguna emoción. Ella se inclinó más cerca de mi.

"Está como un tren. ¿Que tal besa? Quizás lo pruebe" susurró, aún con los ojos clavados en Pedro.

Sentí como mis manos se aferraban a su libro que sujetaba. El mero pensamiento de ella cerca de él, me quemaba la sangre. Que narices iba a hacer si ella chantajea a Pedro y lo obliga a besarla o alguna otra cosa? ¿Pero no lo haría, verdad que no?

Pedro se paró a mi lado. "¿Es posible que hablemos todos sobre ello? " preguntó él, mirando esperanzado a Erika.

Ella sonrió y se encogió de hombros. "Ya está todo solucionado. Paula y yo hemos estado hablando sobre ello y he decidido no decir nada sobre el asunto..... por ahora. "

El malicioso brillo de sus ojos mostraba que estaba disfrutando tenernos a ambos en sus manos.

Pedro pasaba la mirada entre una y otra, claramente sorprendido por su revelación. En verdad, se le veía como una persona que ya había aceptado su destino y que se encontraba en graves problemas. La miraba como si ella hubiese sugerido que estaba sobrevolando un cerdo por encima de nuestras cabezas o algo parecido.

"¿De verdad? " tragando saliva.

Ella asintió. "Si. Pero Sr.Alfonso, para que lo sepa, desde ahora yo seré el as de su clase y no tendré que entregar ninguna tarea" dijo ella, levantando desafiante la ceja.

Él frunció el ceño y me miro acusador, como si yo hubiese accedido a ello; evidentemente no estaba para nada de acuerdo con la idea. Asentí alentadora, rogándole con mis ojos de estar de acuerdo con ello. Respiró profundamente y se frotó la nuca, mostrando su extremo enfado.

"Bien" refunfuño finalmente.

"¿Pedro? "

Nos dimos todos la vuelta, para ver como se acercaba Carolina por el pasillo, sus rizos perfectos oscilando mientras venía paseando hacía nosotros. Erika se inclino muy cerca de mi oído. "Creo que su novia estaría muy cabreada si se enterase lo que estaban haciendo sobre la mesa, ¿no te parece? " susurró ella.

Me aparté horrorizada, ceñuda e intentando matarla con mis ojos. Lo bueno sobre su declaración era, que me creyó cuando dije que sólo lo había besado, sin percatarse todavía de todo. Me sentía increíblemente agradecida.

"Eh... hola" Pedro murmuró cuando Miss Teller se paró junto a nuestro grupo, sonriendo con dulzura.

"Hola chicas, ¿qué están haciendo todavía aquí? ¿Todavía no están hartas de este sitio? " preguntó Miss Teller, sonriendo.

Yo encogí los hombros y abrí la boca para responder, pero Erika habló primero "Estábamos hablando con el Sr. Alfonso sobre la extra tutoría que ha estado impartiendo a Paula después de clase. Me preguntaba si podría participar en ellas, ya sabe, aumentar mi calificación y todo eso" dijo Erika, enroscando el pelo con un dedo y con una conocedora sonrisa en sus labios.

Pedro frunció el ceño mirando en su dirección; sonreí para mis adentros al saber lo mucho que odiaba esa sugerencia. "No creo que necesites una tutoría extra, señorita Dennison, como ya sabes, ya eres el número uno en mi clase" incomodo metió baza.

Miss Teller sonrió, volviéndose a Pedro. "¿Estás listo para irnos? Sé que tenías que ir a algún sitio importante, me dijiste que debías salir lo antes posible. "

Me mordí el labio. `Tener que estar en algún sitio importante’ esa era yo. Pedro miró indeciso a Erika y a mi, preguntándome calladamente que hacer.

"No estoy seguro si hemos terminado de hablar. Carolina, quizás deberías esperarme en el coche" sugirió él, hurgando en su bolsillo y entregándole sus llaves.

Erika cambió de postura. "Hemos terminado de hablar. De todas formas me tengo que ir. Lo veo mañana Sr. Alfonso, Miss Teller" señaló ella, agarrandome del brazo y dándome la vuelta rápidamente. Con la cabeza le dije adiós a Pedro y permití que Erika me guiase por el pasillo.

"Mantén libre el sábado. Tienes que hacer algunos labores para mí. Mi coche necesita un servicio de limpieza y también tengo unos zapatos que necesitan una limpieza. " Ella se encogió de hombros y me soltó mi brazo, mirando su mano con aversión, como si acabase de tocar algo sucio.

Con incredulidad casi me ahogo. ¿Limpiar su coche y hacer sus quehaceres? ¿Sería una broma?

"¿De verdad? " pregunté, rezando que lo descartara riendo y que me dijera que sólo estaba bromeando. Pero no estaba bromeando.

"Completamente. "

¡Que bruja!


"¿Bien, pero luego se acabó, no? " pregunté.

Ella rió. "Oh no, princesa de hielo, tu culo es mío ahora. Deseas que guarde tu secreto , entonces harás lo que yo te diga, cuando yo te diga. Ahora serás mi zorra personal. "

Mi mano se cerró en un puño, y noté como aumentaba mi genio. Normalmente no era una persona violenta. La agarré del pelo y estrellé su cara tan fuerte como pude contra la taquilla, oyendo satisfecha el crujido de su nariz, mientras que gritaba y se la sujetaba con las manos.

Entre sus manos se derramaba la sangre y estropeo su top de puta.

"¿Paula? "

Pestañeé un par de veces y miré a Erika; me estaba mirando fijamente como si esperase que dijera algo. Oh, ¿Estaba soñando despierta? Ella chasqueó un par de veces los dedos delante de mi cara, y según pasaba el tiempo se sentía cada vez mas hastiada.

"Estaba diciendo que me dieras tu número móvil, te mandaré un mensaje de texto con el pedido para mi desayuno! " gruñó ella, agitando con impaciencia su teléfono móvil delante de mi cara. agarre el teléfono que me estaba ofreciendo y grabé mi número. Debería actuar como en mi ilusión y romperle la cara.

Le devolví el teléfono. Inmediatamente se dio la vuelta sobre sus caros zapatos de tacón de aguja se fue dando zancadas, dejándome ahí parada viéndola partir con un ceño en mi semblante.

Suspiré y cabeceé. ¿En que maldito lío me había metido? Desde ahora en adelante iba a convertir mi vida en un infierno, y todavía me quedaban meses para terminar el curso. Aunque suponía que no importaba mucho; haría cualquier cosa con tal de proteger a Pedro, incluso, si fuese necesario, le besaría los pies durante los próximos meses. Todo acabaría bien, en cuanto se aburriese de jugar conmigo, las cosas se volverían a su cauce. Una pequeña parte dentro de mí sabía que no era totalmente cierto.

Cambié de postura los libros que tenía entre mis brazos, y me dirigí a donde sabía que me esperaba Amy. Cuando la vi apoyada contra las taquillas, mordiéndose con impaciencia las uñas, suspiré aliviada. Cuando llegué a su lado, dejé caer al suelo todos los libros de Erika, sin importarme que se desordenaran las hojas. Tiré de mi amiga y me abrace a ella, necesitando consuelo.

Le llevó unos segundos en componerse del aturdimiento y entonces me devolvió el abrazo.

"¿Qué ha pasado? " preguntó rápidamente.


Di un quejido y negué con la cabeza. "Te lo contaré en el coche. " No podía contarle nada estando todavía en el colegio, de ahora en adelante no tomaré más riesgos.

Ella asintió, frunciendo el ceño y me miró preocupada mientras se agachaba para recoger los libros del suelo.

"¿Por qué tienes los libros de Erika? " preguntó, frunciendo el ceño al libro de historia que mantenía en su mano y que llevaba el nombre escrito en la portada.

"Amy, hablaremos de ello en el coche" dije con un gemido, cerrando mis ojos y deseaba despertarme y que todo esto fuese una horrible pesadilla. Ella asintió y juntos nos dirigimos en silencio a su coche. Apenas me encontraba dentro del coche cuando ella se dio la vuelta hacía mi, queriendo obviamente una explicación.

Descansé mi cabeza en mis manos. "Mientras que estaba con Pedro en clase, Erika entró" expliqué, odiándome de nuevo por haber llevado esa estúpida falda y alentarlo.

¿Por qué no le frené? ¿Antes de dejarnos llevar, por qué ninguno de los dos pensó en cerrar la puerta con llave? Todo hubiese salido bien, si nos hubiésemos calmado un poco y separado el tiempo suficiente para cerrar la maldita puerta con llave!

Amy me miró con los ojos de par en par. "¿Qué es lo que estaban haciendo? " preguntó ella, su voz apenas superior a un susurro.

Gemí de nuevo. ¡Oh Díos, esto es tan malo! ¿Dónde estaba el gran agujero en donde meterme cuando lo necesitaba?

"A punto de consumirlo" admití.

Ella dio un grito ahogado. "Mierda, Paula. ¿Que vas a hacer ahora? ¡Ambos van a tener muchos problemas!Vas a ser expulsada, y a él lo despedirán... y, oh Díos mío, ¿y si lo mandan a la cárcel? "

Negué con la cabeza; jamás permitiría que sucediese. Si todo saliera a la luz diría que fui quien lo besé, y que el correspondió, ninguno de nosotros admitiríamos a nada más que a un beso. Lo más que pudiese pasar es que lo despidiesen. Nunca permitiría que fuese a la cárcel por mi culpa, jamás.

"He hecho algo verdaderamente estúpido" dije quejumbrosa, moviendo mi cabeza incrédula con el acuerdo sin fin que llegué con Erika.

"¿Qué? " preguntó Amy, agarrando mi mano apretándola con dulzura.

"He hecho un trato con el demonio. "

Condujo a casa a paso de tortuga, pero sinceramente estaba encantada que no condujese demasiado rápida, ya que apenas miraba la carretera. Le conté todo. Pedro y yo metiéndonos mano sobre la mesa, que Erika entró cuando estaba casi descamisado, le conté sobre los tratos y acuerdos que hice con ella. Durante todo el rato ella siguió conduciendo, mirándome con la boca abierta, conmocionada e incrédula.

Cuando aparcamos frente a mi casa, ella de pronto se volvió a mí. "¡Maldita sea, odio a Erika, maldita Dennison! ¿Sabes lo que deberíamos de hacer? ¡Deberíamos ir a su casa y secuestrar su gato y mandarle pequeñas notas de rescate! " refunfuño ella, dando con su mano un golpe sobre el volante.

Me reí de su disparatado plan. "¿Es que tiene un gato? " pregunté, moviendo la cabeza.

Amy frunció el ceño. "No lo sé" reconoció ella.

"Bien, encontraremos algo de ella para pedir rescate. ¿Quizás podríamos robar su teléfono móvil y enviar un montón de textos malintencionados a sus amigos? "

Puse los ojos en blanco. ¿En primer lugar, cómo nos podríamos apoderar de su teléfono? "Amy, vamos a tomarlo con calma y ver lo que pasa. Espero que después de un par de semanas se aburra de jugar conmigo y escoja a otra victima para torturar" sugerí, tratando convencerme también a mi misma.

Ella frunció el entrecejo, era obvio que no le gustaba la idea de aceptar su abuso. "La odio" aseguró ella.

Asentí y la volví a abrazar. "Yo también. Mira, es mejor que me vaya, antes de que llegue Pedro a recogerme, tengo que ir al baño"

Después de lo sucedido ¿aún vendría Pedro a buscarme? Me culparía de todo lo ocurrido, el pillarnos por haberme puesto la falda, si ahora no quiere nada conmigo? ¿Si él rompiese conmigo, sería capaz de superarlo? No creo que supiese afrontarlo muy bien. Seguramente ahora mismo estará muy cabreado conmigo por alentar que pasase. Posiblemente me odiase y no quisiera saber nada más de mí.

"Bien, si necesitas ayuda con sus deberes me llamas, ¿vale? " se ofreció, indicando los libros con la cabeza que estaban en el asiento trasero del coche.

Gemí frustrada. ¿Cómo demonios podría hacer esta noche sus deberes de inglés y historia, mis deberes y también ver a Pedro? ¡No existían suficientes horas en el día para llevar a cabo todo!

"Gracias Amy, eres la mejor amiga que cualquiera pudiese desear, ¿lo sabes verdad? " dije con efusión, gratitud en mi mirada.

Ella asintió, apartidándose de la cara una mecha de su largo cabello. "Lo sé. Tu también lo eres. "

Suspiré y salí del coche, entrando corriendo en casa. En cuanto estuve en la soledad de mi habitación, inmediatamente me quité la estúpida falda, tirándola enfadada a la basura. Me puse un chándal ancho y me senté en el borde de mi cama jugando con mi móvil. Pedro estaba a punto de llegar. ¿Me llamará para decirme que no le era posible venir o simplemente no se presentaría?

Tenia ganas de llorar. Todo esto era un desastre, decidirá que no merecía la pena arriesgar su carrera por una estúpida chica de instituto, y por seguro romperá la relación. Miré los libros de Erika, decidiendo comenzar con sus deberes de Inglés.

Me dejé caer sobre la cama y saqué mi iPod, poniéndome los auriculares y subí el volumen lo más alto posible que pude aguantar mientras leía lo que tenía que hacer. No estaba tan mal, afortunadamente ya había estudiado todo el semestre pasado, sus deberes están chupados. Tomé mi libreta y empecé a descomponer el poema, anotando todos los mensajes ocultos y prestando especial atención a los simbolismos, tal como se suponía debería hacer ella.

De pronto algo pesado se apretó contra mi espalda, estrujándome el estomago contra la cama. Me sobresalté y dejé escapar un grito, mientras intentaba levantarme, pero me estaban sujetando firmemente con sus pesos corporales. Pude sentir las vibraciones de risas, sus pechos resonaban contra mi espalda pero no pude escuchar nada por el volumen tan alto de la música que machacaba mis oídos.

Me revolví intentando sacármelo de encima, entrando en pánico, pero uno de los auriculares se me fue arrancado de la oreja y pude oír una risa familiar. Trague saliva y miré por encima de mi hombro, mi corazón volviendo al latido normal cuando me di cuenta que sólo era Pedro. Estaba sonriendo de oreja a oreja, mientras seguía tumbado encima de mí, apretándome contra la cama.


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Capitulo 38! espero que les guste!!
Gracias por leer! ♥


5 comentarios:

  1. Wow!!!!!!!!!! Qué buen cap!!!!!!!!!!! Muy intenso!!!!!!!!!!!!!! Espectacular!!!!!!!!!!

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  2. QUE BRONCA,POBRES AHORA QUE SE TIENEN QUE AGUANTAR A ERIKA
    ME DEJASTE INTRIGADA CON EL FINAL!

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  3. Me encantó!! Es una malvada Erika, eliminala de la clase jaja. Porfis que no se peleen!! Estaban tan bien!!

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  4. Aiiii sacala sacala a erika de la clase,mejor de la escuela!!! Pobresita pauu...ella lo va a sufrir más!!!

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