Justo cuando terminábamos con nuestro pastel alguien me toco en el hombro. Mis ojos se posaron en Amy quien miraba detrás de mí con una sonrisa coqueta. Voltee sobre mi asiento, mirando detrás de mí, viendo que Jaxon, el hermano de Pedro, estaba parado ahí sonriéndome.
“Hola, Paula.”
“Oh… um hola, Jaxon,” lo salude con incomodad. Mis ojos se posaron en Amy nuevamente mientras trataba de ocultar mi preocupación. Sabrá Jaxon que pedro y yo terminamos? Que si accidentalmente dice algo acerca de que él es un maestro frente a Amy?
“Como has estado? Tanto tiempo sin verte.” Sonrió con ese descaro que hacia que todas las chicas se derritieran. Me recordaba tanto a la sonrisa de Pedro que hacia que mi estomago doliera.
“He estado bien.” Mentí. “Eh, Jaxon, esta es Amy. Vamos a la escuela juntas,” la presente, poniendo pleno énfasis en la palabra escuela, secretamente tratando de decirle que no mencionara nada frente a ella. “Amy, este es Jaxon, el hermano de pedro.” Agite una mano entre los dos.
“Hola, encantada de conocerte,” dijo Amy, sonriendo coquetamente.
Jaxon activo su encanto asesino, sus ojos parecían brillar mientras la veía apenas con interés contenido. “Y es sin duda un placer conocerte,” respondió el guiñándole el ojo. “Y, vas a dejarme parado aquí todo el día, o vas pedirme que me siente?
Aspire con el aliento entrecortado, deseando que esta reunión terminara. “Claro, siéntate,” ofreció Amy, palmeando el asiento junto a ella.
Él le sonrió y fue a sentarse allí antes de girarse conmigo. “Así que tu y pedro terminaron, eh?” reflexiono ladeando la cabeza, y mirándome curiosamente.
Trague saliva. “Si,” confirme, encogiéndome de hombros.
El frunció el seño. “Es una vergüenza, ustedes dos se veían lindos juntos.”
“Podemos no hablar de eso?” espete. Inmediatamente me arrepentí. Ahí estoy desquitándome con otros otra vez! “Lo siento, estoy siendo maliciosa y gruñona el día de hoy; no dormí muy bien anoche así que me estoy desquitando con todos.”
“No lo hiciste? Necesitas alguien de voluntario para ponerte a dormir? Porque definidamente yo me apunto para eso.” Bromeo, sonriendo y meneando las cejas sugestivamente.
Me eche a reír a pesar de la incomodidad de la situación. “Cállate, coqueto, y solo termine con tu hermano. No creo que sea tan rápida para tomar otro engreído, presumido y pervertido.” Le saque la lengua. Él se rio en voz baja.
Amy se inclino, recogiendo del suelo su bolso y las bolsas de las compras a sus pies. “paula, es mejor que nos vayamos, necesito llegar a casa, haré de niñera de mi hermano esta noche,” interrumpió, disparándome una mirada de arrepentimiento.
Asentí con la cabeza y me levante tomando mi bolso también. “Encantada de verte otra vez Jaxon.”
El asintió con la cabeza. “Si, escucha, quieres salir en algún momento? Como amigos? Ver una película o algo?” él pregunto, sonriendo simpáticamente.
Mire a Amy buscando ayuda, pero no fue de mucha ayuda porque ella estaba asintiendo vigorosamente, diciéndome que aceptara. Reflexione en ello unos cuantos segundos. Jaxon era un chico agradable, me encontré con el y pedro unas cuantas veces y nos llevamos bien. No haría mucha diferencia siendo amigos con el. Al menos tendría a alguien con quien hablar acerca del hecho de que Pedro es mi maestro. De hecho Jaxon era el único con quien podría hablar del asunto.
“Um, si esta bien. Como amigos entonces, no estoy interesada en algo mas.” Le aclare.
El resoplo y rodó los ojos. “Que te hace pensar que estoy interesado en algo? Por dios, tienes los piojos de pedro sobre ti. Asqueroso,” se burlo, mirándome con una mueca de disgusto mientras fingía un estremecimiento.
Me eche a reír. El me recordaba tanto a Pedro ellos tenia el mismo humor. Jaxon sonrió y saco su teléfono celular, pasándomelo. Anote mi número y se lo regrese.
“Vamos entonces, Amy. Te veo después, Jaxon.”
Mientras caminábamos, Amy me miro con ojos muy abiertos. “Wow, él es tan caliente! Delicioso en verdad,” exagero. Yo asentí con la cabeza y me encogí de hombros. Jaxon era realmente guapo, hasta yo podía ver eso, aun así yo nunca lo vi de esa manera. “él se parece a Pedro?” pregunto ella secamente mientras pasábamos a la gente y nos dirigíamos a las maquinas de pago del estacionamiento.
Tome una respiración profunda y sople con fuerza. “Si un poco, aunque Pedro es mucho mas guapo, molesta tener que admitirlo.” Me encogí de hombros. Mi teléfono celular sonó en mi bolso. Lo saque para ver que tenía un texto de un número desconocido:
‘Solo para dejarte saber que puedes hablar conmigo acerca de pedro si lo necesitas. Te llamo después durante la semana y nos ponemos de acuerdo para una película. Jaxon’
Sonreí y le regrese el mensaje con un gracias. Amy estaba observando curiosamente. “Mi mama pregunta a que horas estaré en casa.” Mentí, deslizando mi teléfono en mi bolsillo.
Esa noche me deje caer en mi cama haciendo la tarea. Deliberadamente deje matemáticas hasta el final así podía tomarme mi tiempo con el capitulo que debíamos leer y poder hundirme en el. Leí todo eso tres veces, pero seguía sin tener mucho sentido para mi. Me quede dormida con el libro sobre mi pecho.
Al día siguiente no vi a Pedro en toda la mañana por lo cual estaba agradecida, pero todavía tenia que pasar el castigo de la hora del almuerzo. Esperemos, igual que ayer, que el me ignore, eso lo haría mas fácil. Yo había traído un libro para leer el día de hoy así que al menos no tendría que estar viendo el reloj. Cuando la campana sonó al final de la mañana, me despedí de mis amigos y camine de mala gana a su salón de clases. Él no estaba allí otra vez, así que me dirigí a la parte trasera y saque mi iPod y el libro.
Un poco después vi un movimiento delante de mí y levante la vista justo cuando Pedro estaba girando la silla de la mesa frente a la mía. Se acomodó en la silla y me miro expectante.
De mala gana apague mi iPod. “Creí que habías dicho que podía escuchar música,” murmure, frunciendo el seño.
“Si, se puede, yo solo quería hablar contigo acerca de la asignación que hiciste en la clase ayer.” Se encogió de hombros, sus ojos no dejaron mi cara.
Gruñí. “Estaba dormida; no hice ninguno así que escribí cualquier cosas para tener algo que entregar,” lo dije defensivamente. “Adivino que están todos mal.”
El negó con la cabeza, sus ojos brillaban. “De hecho no, cada uno de ellos estaba correcto, y quería hablar contigo acerca de unirte al equipo Mathlete.”
“De verdad?” exclame, sorprendida.
“No, todos estaban incorrectos,” el declaro, riéndose. “Eres tan ingenua.”
Me reí y me sonroje por mi estupidez. “No es gracioso.”
“Hablando en serio, el semestre pasado tu tuviste de compañero a alguien. Tienes algún problema con matemáticas?” pregunto, chasqueando su cabeza de maestro hacia atrás.
Gemí. “Si, sinceramente no puedo hacerlo. Solo podrías reprobarme ahora y ambos nos ahorraríamos el esfuerzo,” sugerí esperanzada. Entonces no tendría que venir a su clase!
El negó con la cabeza con firmeza. “Que tal si tienes un tutor? Me ofrecería a hacerlo, pero no creo que eso sea lo apropiado.” Frunció el seño, como si pensara.
“Viendo el trabajo de ayer encontré una chica que se llama Erika Dennison y que es muy buena en eso.” El movió la cabeza para quitar el cabello de sus ojos. Me mordí el labio para no hacer ningún sonido. Amaba cuando hacia eso, eso era sexi como el infierno.
De repente me di cuenta de lo que había dicho. Erika Dennison dándome clases particulares? La odiaba. Ella nos había molestado a Amy y a mi cuando recién empezamos la escuela. Ella era una perra a quien le gustaba hacer que la gente viva un infierno. No podía tenerla a ella haciéndolo y sabiendo que yo era mala en algo; ella seguramente se aseguraría que todos supieran lo terrible que estaba en eso. Ella me avergonzaría a propósito.
“No, ella no, por favor,” le suplique.
El soltó un gran respiro. “Bueno el único otro que yo recomendaría de tu clase seria a Oliver Hawk, pero no creo que esa sea una buena idea tampoco.” El frunció el seño, viéndose un poco molesto por algo.
Porque esa no es una buena idea? “Definitivamente prefiero a Oliver, aunque el trato de explicármelo todo ayer, y aun así no lo entendí.” Una ola de humillación me golpeo. Dios, soy tan estúpida! Por qué mi peor materia tiene que ser la que él enseña? Apuesto que se esta preguntando que es lo que vio en mi en primer lugar… pero por otra parte el no tenia ningún sentimiento por mi así que probablemente lo que vio en mi fue un fácil revolcón.
‘‘Bueno, viendo que ya tenemos una semana de detenciones yo te puedo ayudar por esta semana, y luego podemos ver como te va, esta bien?” el ofreció, sonriendo amablemente.
“De hecho, prefiero simplemente suspender.” Negué con la cabeza en rechazo. No podría estar tan de cerca de él, era demasiado doloroso.
“Que significa eso?”
Suspire. “Yo solo necesito que te mantengas alejado de mi; no puedo estar hablando contigo todo el tiempo. Déjame seguir adelante con esto y atravesare esto de alguna manera. No necesito tu ayuda.” Conteste, poniéndome los audífonos nuevamente.
Se veía un poco dolido cuando encendí la música a lo más alto. Sin tratar de hablarme otra vez, se levanto y coloco una pequeña bolsa de papel marrón en mi escritorio, antes de irrumpir en su escritorio sin mirarme.
Vacilante, mire dentro de la pequeña bolsa. Dentro había un envoltorio con ensalada de pollo, chips de tortilla, y un bote de salsa de crema agria que tenia el nombre de ‘Old Giuseppe’ a un lado. Ese era el nombre del restaurante mexicano donde me llevo en nuestra primera cita real. Maldición, él es tan malditamente adorable! Trajo esto para mi? Tal vez este sea su almuerzo. Levante la mirada para verlo comiendo de una envoltura con el suyo así que obviamente este no era de él. Por qué esta siendo el así? El no compraría el almuerzo para otro estudiante, así que porque lo estaba haciendo conmigo?
Suspire y quite la envoltura, deseando que las cosas fueran diferentes, y que también yo fuera mayor, o el fuera mas joven. Cualquier cosa. Lo que sea que hiciera que esta situación dolorosa mejorara. La única cosa que no deseaba era que nunca lo hubiera conocido. Nunca desearía eso, yo tuve el verano perfecto con el, y estaba agradecida por cada segundo que paso.
Mi bolsillo vibró así que saque mi teléfono celular y vi que un número desconocido estaba parpadeando en la pantalla. Le di una mirada a pedro preguntándome que haría si contestaba mi teléfono. Joder, que mas podía el hacer?
Conteste rápidamente. “Hola?” susurre, hundiéndome hacia abajo en mi asiento tratando de pasar desapercibida.
“Hola,paula. Soy Jaxon.”
“Oh, hola, um, este no es un buen momento,” susurre, cerrando mis ojos.
“En serio? Creí que seria tu hora del almuerzo,” contesto, sonando un poco asombrado.
“Lo es, pero tengo castigo.”
Él se rio. “Oh sabia que eras una chica mala,” el bromeo. “Pero espera, quien demonios da un castigo en el almuerzo en la primera semana de escuela? Eso es cruel.”
Correcto, es cruel! “Tu hermano lo hace. Tengo uno cada día de la semana.”
El soltó una carcajada. “Estas ahí dentro con el ahora mismo? Eso es demasiado divertido. Wow, hablo para importunar.”
Un seño se alineo en mi frente. “Que te jodan, no hay nada ni remotamente gracioso acerca de esta situación,” conteste enojada.
“Whoa, paula, cálmate! Lo siento, solo estaba bromeando. Escucha, solo llamaba para arreglar lo de la película.” Su voz era de disculpa por lo que sentía que mi molestia desaparecía.
“Si vas a seguir haciendo estas observaciones de lame culo, entonces no estoy tan segura de querer salir contigo nunca mas.” Replique, haciendo un mohín aun cuando sabia que él no podía verme.
“Bueno, eso esta muy mal. Te recojo de la escuela el viernes. Terminas a las tres en punto, correcto?” pregunto.
Viernes? Aun no estoy lista para salir. Prefiero enroscarme en la cama y comer chocolate todo el fin de semana.
“Que? No, no quiero ir el viernes.”
El rio enigmáticamente. “Bueno tiene que ser el viernes porque echare un polvo el sábado.”
“Eres un mujeriego,” bromee.
“Si, pero ser un mujeriego es mucho mas divertido. Bien entonces, ahí estaré a las tres en punto el viernes.”
“Jaxon, no,” dije entre dientes mientras la línea se desconecto.
“Maldita sea!” gemí y deje caer más o menos el teléfono en la mesa, deseando que la tierra se abriera y me tragara, sacándome de mi miseria.
“Era esa una llamada de emergencia?” pregunto Pedro, con voz áspera.
“No, era una llamada de consuelo sexual,” bromee, esperando que el riera. No lo hizo. En su lugar, se levanto de su escritorio y camino hacia mí, agarrando mi teléfono celular de la mesa y deslizándolo en su bolsillo.
“Las llamadas personales no se permiten en la escuela a menos que sea una emergencia,” replico, encogiéndose de hombros y caminando de nuevo a su escritorio. “Lo puedes tener de vuelta al final del día.”
“Me estas tomando el pelo? Disfrutas molestándome? Porque estas haciendo esto, pedro? En serio, te has convertido en un maldito idiota!” exclame, saltando de mi asiento y tirando enojada mis cosas en mi bolsa, saque diez dólares de mi bolsillo, camine hacia su escritorio y los deje caer de golpe. “Eso es por lo del almuerzo.”
El me miro. “Aun tienes media hora de castigo.”
“Pues ve y repórtame maldita sea,” espete, mirándolo nuevamente. El no dijo nada mas así que me di la vuelta y salí, dirigiéndome a la cafetería, encontrando a mis amigos sentados aun conversando en el almuerzo.
Amy me miro confundida mientras caminaba hacia ellos. “Que estas haciendo aquí? No deberías estar castigada?”
“Me siento mal, me voy a casa,” mentí, encogiéndome de hombros. De ninguna manera iba a ver a ese estúpido otra vez el día de hoy, si lo hiciera probablemente lo abofetearía, eso o lo besaría. No podría hacer exactamente ninguna de esas cosas en una clase llena de estudiantes.
“Te sientes mal? No estas embarazada verdad?” Amy bromeo, mirándome con una mueca de horror en su cara.
“Si, como diablos lo adivinaste? Estoy solo de tres meses, no debería ya de estarse notando” bromee, tocando y sobando mi estomago. Vi a Nico sacudirse en su asiento, su cuerpo entero se tenso mientras me miraba con los ojos muy abierto.
Me eche a reír. “Relájate, estaba bromeando.” Le guiñe un ojo juguetonamente.
El soltó la respiración y masajeo la parte trasera de su cuello. “Cristo eso me asusto.”
“Lo siento, Nico.” Me reí. “Amy, puedes obtener cualquier cosa que necesite de esta tarde? No tengo mi teléfono celular, ha sido confiscado así que no te molestes en mandarme un mensaje de texto u otra cosa.” Me encogí de hombros y cambien mi pesada bolsa a mi otro hombro.
“Quien te lo confisco?” Emily pregunto, frunciendo el seño y agarrando su celular para salvar su vida. Emily era una de esas personas que creía que estabas indefenso sin un teléfono. Probablemente ella tendría un leve ataque al corazón si no lo tuviera con ella todo el tiempo.
“El chico nuevo,” murmure sin querer decir su nombre.
Toda la gente en la mesa rio. Emily me miro con los ojos entrecerrados. “Que pasa contigo? Ese chico es impresionante, divertido, inteligente, y es justo también, pero ustedes parecen que se rozan por el lado equivocado. Todos los demás lo adoran; él es la mejor cosa que le ha pasado a esta escuela desde que se deshicieron del pastel de carne de los jueves,” reflexiono ella, moviendo la cabeza, y mirándose un poco desconcertada.
Y ahí iba ella defendiéndolo otra vez. “En serio? Wow, tu deberías decírselo, estoy segura que te ganarías una de esas oh tan sexis sonrisas,” conteste sarcásticamente, rodando los ojos. Como puede el venir aquí y tener a todos comiendo de la palma de su mano tan rápido? Esto era totalmente molesto. “Los veo mañana , les dije sobre mi hombro mientras me volteaba y salía.
Justo cuando llegue a la puerta de la entrada alguien agarro mi mano, haciendo que me dolieran un poco por los arañazos de ayer. Me volví furiosa, esperando ver a pedro ahí diciéndome que tendría que regresar a detención o algo. No era el, era Nico.
“Como vas a llegar a casa?” el pregunto, mirándome preocupado.
Me encogí de hombros en respuesta. “Me voy caminando.”
El suspiro y puso su brazo alrededor de mi hombro. “Yo te llevo a casa. No puedes irte caminando a tu casa si estas enferma.” El me llevo hacia su carro. Sonreí, no queriendo admitir que estaba fingiendo. No quería caminar a casa. Sabia que era egoísta pero me gustaba su compañía, el me quitaba de la mente a pedro por un rato, por que él no hablaba acerca de que tan caliente era el todo el tiempo como lo hacia Amy.
El me llevo a casa en silencio. Cuando se detuvo, me miro curiosamente.
“Tu de verdad no estas embarazada, cierto? El pregunto, haciendo una mueca.
Le sonríe y rodé los ojos. “Nico, no estoy embarazada, eso era una broma, no una particularmente graciosa pero una broma no obstante. Deja de estresarte,” le asegure, sonriendo disculpándome. “Quieres entrar y hacerme compañía?” le pregunte esperanzada. De otra manera tendría que entrar y encontrar alguna otra manera de distraerme yo sola.
“Mientras prometas no vomitar en mi como la otra vez.” Volvió su nariz hacia arriba en disgusto.
Me eche a reír. En nuestra tercera cita no me estaba sintiendo particularmente bien pero no quería cancelar así que aun así fui, y termine vomitando en sus pies en medio de un cine lleno.
“Oh, Nico, estoy sorprendida de que aun me hables” dije aun riéndome.
“Yo también algunas veces.” Rodó los ojos y salió del carro, esperándome y que llegara a su lado antes de deslizar su brazo nuevamente alrededor de mis hombros y llevándome al interior.
Mi mama aun no estaba en casa. Ella trabajaba hasta las cuatro en punto así que teníamos la casa para nosotros solos. Nico me llevo hacia el sofá e hizo que me sentara.
“Iré a hacer te o alguna otra cosa, y luego podemos ver una película,” él dijo, sonriendo y caminando hacia la cocina como si fuera el dueño del lugar.
Apoye la cabeza hacia atrás en el sofá, en silencio contando solo con detener mi mente de preguntarme por Pedro otra vez. Después de un par de minutos Nico regreso y coloco una tostada y una taza de te de menta delante de mi antes de dirigirse hacia el reproductor de DVD.
“Gracias.” Le sonreí.
Se dejo caer en el sofá junto a mí mientras yo mordía la tostada, no queriéndolo realmente, pero no quería ofenderlo después de que se tomo la molestia de hacerlo para mí. Cuando la película empezó sonreí. Era ‘Love Actually’, mi favorita. Me acurruqué a su lado y suspire. Porque no podía solo enamorarme con alguien como Nico? Un dulce y adorable chico quien estaba loco por mí, y lo más importante, de mi edad.
Después de la película hablamos con facilidad un poco. Cuando volvimos hablar acerca de mis clases mi corazón se hundió, sabiendo que el pronto mencionaría a pedro.
“Y como estas llevando matemáticas este semestre? Crees que serás patrocinada otra vez?” el pregunto. El sabia cuanto lo había odiado la ultima vez; había vociferado sobre eso lo suficiente para el.
“No lo creo; el chico nuevo dijo que yo debería agarrar un tutor. Sugirió a Erika, puedes creer eso? A ella de todas las personas.” Me queje, molesta ante la idea de ella otra vez.
“Si necesitas un tutor yo puedo ayudarte. Digo, no soy un completo genio o algo parecido, pero me las arreglo lo suficientemente bien,” el ofreció, encogiéndose de hombros casualmente.
“Me estas tomando el pelo! Tu harías eso por mi?” pregunte, mirándolo esperanzada.
El sonrió, levantando un dedo. “Con una condición.”
Detuve mi respiración, rezando para que el no fuera a preguntarme salir de nuevo o algo así. Realmente me gustaba que fuéramos amigos y no quería que las cosas se pusieran delicadas.
“Esta bien, que es?” pregunte nerviosamente.
El me sonrió confiadamente. “Nosotros lo haremos en mi casa, y como paga tu puedes cocinar para mi en esas noches. Al menos dos veces a la semana.”
Sonreí y lancé mis brazos alrededor de su cuello, abrazándolo fuertemente; cocinaría para el si me lo pidiera aun sin que me diera clases particulares.
“Definitivamente es un trato,” acorde felizmente. El me devolvió el abrazo y de repente alguien toco la puerta. Eche un vistazo al reloj para ver que era después de las tres. Quien diablos es ese? No estoy esperando a nadie.
Salte, pero Nico instantáneamente me jalo de nuevo al sofá, haciéndome cosquillas a los costados. Grite y me reí mientras trataba de luchar con el para soltarme. El rio y finalmente se detuvo.
‘‘Tu supuestamente estas enferma, recuerdas? Sabia que estabas fingiendo,” él dijo, entrecerrado los ojos juguetonamente.
Me reí mientras él se levantaba e iba hacia la puerta. Descanse mi cabeza hacia atrás y escuche para ver quien era y que es lo que querían.
“Oh hola, señor, um… que esta usted haciendo aquí?” Nico pregunto, sonando confuso.
Señor? Que es todo eso? Me levante y camine hacia la puerta. Justo cuando llegaba a la esquina, escuche su voz.
“Bueno, tengo el teléfono celular de la señorita chaves. Dije que ella podría recuperarlo al final del día, pero sus amigas dijeron que se fue a casa, enferma. Se lo importante que es un celular para una chica,” pedro contesto. Su voz sonaba extremadamente incomoda y un poco molesta.
Oh que día, el vino a mi casa? Que diablos esta haciendo? Doble la esquina para ver a Nico ahí parado medio bloqueando la puerta, su brazo en el marco mientras veía a pedro. El lenguaje de su cuerpo no era de bienvenida. Parecían estarse viendo el uno al otro extrañamente. pedro estaba definitivamente enojado; lo podía decir por la manera como apretaba la mandíbula.
“Ella esta enferma; se lo daré,” Nico dijo, tendiendo la mano por el teléfono.
“Me gustaría comprobar que ella esta bien. Se puso un poco rara en detención,” pedro contesto con severidad, utilizando un tono de voz de maestro que ni siquiera sabia que tenia.
Respire profundo y me acerque por detrás de Nico, levantado su brazo y dando un paso delante de él. La cara de pedro se suavizo cuando me vio. Nico dio un paso mas cerca y presiono su pecho contra mi espalda, sus manos descansando en mis hombros. La postura de Pedro pareció cambiar instantáneamente, sus hombros apretándose nuevamente. El aire estaba cargado de incomodidad mientras nos miramos el uno al otro, sin hablar.
Nico quebró el silencio. “El Sr. Alfonso estaba trayendo tu teléfono celular de regreso.”
Asentí con la cabeza y tendí la mano. “Eso es muy amable de su parte, señor, pero pudo haberlo guardado hasta mañana.” Trate de mantener mi voz suave y amistosa en frente de Nico.
pedro coloco el teléfono en mi mano, ladeando su cabeza a un lado, mirándome fijamente. “También quería comprobar que usted estaba bien después de la hora del almuerzo.”
“Estoy bien.” Me gire hacia Nico. “Um, crees que podrías hacer un poco de te? Tengo mucha sed,” pregunte incómodamente. El frunció e seño y asintió, alejándose.
Volví a mirar a pedro para ver una sonrisa en su cara mientras el observaba como Nico se retiraba.
“Que es lo que realmente quieres?” pregunte suavemente, jalando la puerta detrás de mi para que pudiera silenciar la conversación de Nico.
“Como dije, solo quería darte tu teléfono y comprobar que estabas bien. Te veías bastante molesta cuando saliste corriendo.” Dijo en voz baja, ladeando su cabeza a un lado y mirándome con avidez.
“Estoy bien.” Me encogí de hombros con indiferencia. “Como puedes ver, tengo compañía, así que gracias por regresarme mi teléfono, Sr. Alfonso, y lo veré mañana en la hora del castigo,” dije en mi mas desagradable voz.
Resoplo, entrecerrando los ojos. “Si note que tenias compañía. Remplazándome ya?” el pregunto, levantando una ceja desafiándome.
Jadee. Hombre, esta empezando a cabrearme mas y mas!.
“¿Eso es algún tipo de broma?” espete, apretando los puños e ignorando el escozor de los pequeños arañazos en mis palmas mientras la piel se estiraba, probablemente empezarían a sangrar nuevamente.
“Es solo una observación.”
“Nico y yo somos amigos, y eso no es de tu importancia de todos modos.” Mire de nuevo hacia el pasillo, asegurándome que Nico no estuviera ahí escuchando algo de esto.
“Si? Eso no fue lo que yo escuche, escuche que ustedes dos solían salir pero que terminaron al empezar el verano,” pedro replico. Apretando su mandíbula mientras sus penetrantes ojos mieles se endurecían acusadoramente.
Porque diablos esta el mirándome así? Esto no es de su maldita incumbencia aun si empezara a salir con Nico otra vez! Él fue el que rompió conmigo, no al revés.
“Eso no tiene nada que ver con nada; nosotros éramos amigos antes que estuviéramos juntos. De donde sacas esa mierda de todos modos?” pregunte molesta.
Encogió los hombros, relajando su mandíbula ahora. “Oí cosas. Tu no estabas en clase así que la gente empezó a especular cosas porque fuiste vista dejando la escuela con tu ex-novio.”
“Bueno como dije, esto no es de tu incumbencia de todos modos. Gracias por el teléfono.” Di un paso atrás, empezando a cerrar la puerta en su cara.
Antes siquiera que fuera a medio camino el metió el pie, manteniendo la puerta abierta.
“Lo siento te estoy lastimando,” él dijo en voz baja, mirando sus manos.
Me burle de eso. “No lo sientes del todo. Deja de mentir. Tú probablemente estés enojado por que tendrás que trabajar un poco mas duro por sexo de ahora en adelante. Ya no estará mas a la mano cuando tu lo quisieras. Oh, por cierto, ya arregle mis asuntos del tutor; Nico me ofreció su ayuda.” Patee su pie haciéndolo que se hiciera hacia atrás. Le tire la puerta en la cara, ignorado su expresión de sorpresa.
Me incline contra ella apenas capaz de respirar. Siseo una mala palabra al otro lado de la puerta, y unos segundos después la puerta del carro golpeo. Me empuje fuera de la puerta y me encamine a la cocina. Nico estaba recargado contra el mostrador esperando que la tetera hirviera. Su espalda estaba hacia mí así que fue y presione mi cara entre los hombros, luchando con la necesidad de llorar otra vez.
“Estas bien?” el pregunto, girando torpemente y envolviéndome en un abrazo.
Asentí con la cabeza, esperando que mi voz trabajara. “Si, estoy bien. Te quieres quedar a cenar esta noche?” pregunte esperanzada.
Sonrió. “Claro que si, la comida de tu mama es mucho mejor que la tuya, sin ofender.” Contesto, tirándome hacia atrás y sonriéndome. Golpee su brazo, fingiéndome dolida. “Ouch, tranquila con el gancho derecho, Rocky Balboa,” bromeo.
---------------------------------------------------------------------------
ME GUSTA MUCHO LA HISTORIA,LASTIMAQUE ESTEN SEPARADOS
ResponderEliminarQué buen cap!!!! Espero el de mañana
ResponderEliminarmuy bueno,ojala pronto se reconcilien...
ResponderEliminaraiii me encanta la novela!! ya quiero saber como sigueee!!! :D
ResponderEliminar